La vertiginosa caída de los costes de instalación del kilovatio fotovoltaico (paneles más baratos, instalaciones más baratas), la muerte del impuesto al Sol (que ha liberado de una absurda presión fiscal al sector) y el cambio climático (que exige soluciones para ya) están disparando las expectativas de un sector que hace apenas unas semanas presentaba su Informe Anual 208, un documento de más de 120 páginas que recoge los números clave de la fotovoltaica hoy en España: megavatios instalados durante 2017, empleos asociados al sector, balanza fiscal, gasto en investigación y desarrollo, exportaciones.
Para empezar, el año pasado, según UNEF, de los 135 megas instalados, prácticamente todo fue autoconsumo, tanto conectado como aislado. Un tercio de las instalaciones fueron rurales: mucho bombeo solar para riego, pero también mucha cubierta fotovoltaica en granjas de porcino y almacenes del sector hortofrutícola, en industrias madereras y en naves del sector conservero). El autoconsumo se ha convertido así en uno de los sostenedores del empleo en el sector (el otro sería la internacionalización).
UNEF recoge en su informe más de 6.100 empleos directos en 2017 (frente a los 5.900 de 2016) y alrededor de 13.000 indirectos e inducidos, es decir, en total, cerca de 20.000 puestos de trabajo. Según el director general de la Unión Española Fotovoltaica, José Donoso, el sector solar fotovoltaico nacional está en condiciones de instalar trescientos megavatios (300 MW) de autoconsumo al año, lo cual puede suponer la creación de muchos más puestos de trabajo.
Empleo, además, "de calidad y estable", según el informe que ha preparado para UNEF el Grupo GEAR (Global Energy and Environmental Economics Analysis Research Group) de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM). Suyo es el gráfico que acompaña.
GEAR ha hecho un "Análisis del sector fotovoltaico en los ejercicios 2016 y 2017 en la triple dimensión de la sostenibilidad". A saber: a través del cálculo de (1) la huella económica, (2) la huella social, y (3) la huella ambiental, análisis del que bebe este informe anual de UNEF y que ayer presentó en la sede de la asociación su coordinador, el profesor de la UCLM Jorge Zafrillas.
Pues bien, según ese análisis, los principales datos macroeconómicos del sector FV en 2017 muestran "un crecimiento sustancial respecto al año 2016". A saber: la contribución total del sector fotovoltaico al PIB se sitúa en torno al 0,3% (3.935 millones de euros en 2017 y 3.781 millones de euros en 2016); las exportaciones del sector FV alcanzan la cifra de 938 millones de euros (919 millones de euros en 2016) y se estima que más de 70 empresas asociadas a UNEF tienen actividad en 72 países.
La huella total de empleo arroja la cifra de más de 19.000 puestos de trabajo en 2017 (18.377 trabajadores en 2016); el gasto de las empresas españolas del sector en I+D+i fue de 60 millones de euros en 2016 y en 2017 un 2,5% más, lo que supone un 1,6% de su facturación, el doble de la media española, que sitúa en torno al 0,89%; la actividad del sector supone una reducción de emisiones estimadas en 3.631.000 toneladas de CO2.
UNEF valora
La lectura que hace UNEF de estos datos es positiva. "Las principales cifras de evolución del sector fotovoltaico del pasado año 2017 en España ponen de manifiesto el punto de inflexión y cambio de rumbo del sector", sostiene el director general de la asociación, José Donoso.
El cambio de tendencia ha venido determinado por varios motivos, según UNEF: (1) la adjudicación de 3.900 megavatios de nueva potencia en la subasta celebrada en julio del año pasado (primera -y única- subasta específicamente fotovoltaica convocada durante los seis años y medio de Gobierno Rajoy).
Segundo motivo del cambio de tendencia (2): la competitividad tecnológica del sector "y el progresivo abaratamiento de los costes de producción. Tercero (3): los objetivos de penetración de las energías renovables en el mix energético definidos en el marco legal de la Unión Europea, hoy materializados en la nueva Directiva europea de Energías Renovables. Y cuarto (4): "la creciente concienciación respecto al desarrollo del autoconsumo como medida eficaz e indiscutible para el ahorro energético".
Todos esos factores han hecho posible -según UNEF- la reactivación del sector, que ha pasado de los 55 megavatios de nueva potencia instalados en 2016 a los 135 de 2017 y que está preparado para abordar la ejecución de hasta 300 megas de autoconsumo al año (solo autoconsumo).
Pero no solo
Porque la fotovoltaica va mucho más allá del autoconsumo. Ahora mismo están en diferentes fases de ejecución los 3.900 megavatios que fueron adjudicados en 2017 (las instalaciones salidas de las subastas tienen que estar ejecutadas antes del 1 de enero de 2020, o sea, que el regreso de los megaparques solares es inminente). Más aún: allende esos megavatios, que evidentemente van a ejercer como tractor de empleo, UNEF estima que hay alrededor de 30.000 megas más de potencia solar fotovoltaica en tramitación, de la que espera que un alto porcentaje se traduzca en potencia instalada en funcionamiento en los próximos años. Estamos hablando de instalaciones para generación de electricidad que se volcaría a la red (no autoconsumo). UNEF reconoce que es más que probable que no toda esa potencia acabe siendo ejecutada, pero sí probablemente una buena parte de ella. Es más -apuntan desde UNEF-, "probablemente las primeras instalaciones que se van a construir no están en las subastas".
Esas son las líneas maestras de la fotografía a día de hoy del sector a escala doméstica.
Y esto es lo que pide UNEF para que esta oportunidad histórica pueda ser aprovechada por España
• dotar al sector de la estabilidad y regulación necesaria para su desarrollo, en línea con el marco internacional en cuanto a generación e inversión sostenida ("nadie va a invertir en montar una fábrica aquí para un mercado de dos años", recalca Donoso. UNEF por eso pide una senda visible de despliegue de potencia renovable a medio-largo plazo, 2030, 2050);
•poner freno a la inseguridad jurídica a través de la estabilidad en la retribución a los proyectos fotovoltaicos antiguos y adjudicados por subasta durante toda su vida útil ("no pedimos que se dé marcha atrás en los recortes –explican desde UNEF-, pero queremos que lo que hay [las retribuciones actuales] permanezca");
• aprobar una norma sobre autoconsumo que suprima las barreras económicas (eliminación de las cargas y peajes sobre la energía autoconsumida, entre otras) y administrativas. UNEF considera que el autoconsumo puede ser una buena herramienta para combatir el encarecimiento de la electricidad (la asociación no pide ayudas ni subvenciones, y tampoco balance neto);
• simplificación, certidumbre administrativa y regulación de autoconsumo colectivo;
• actualización y simplificación de acceso y conexión a la red;
• convocatoria de nuevas subastas (con reserva para agentes pequeños) y subastas específicas en Canarias e Islas Baleares.
La letra de la ley
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que representa a más del 85% del sector solicita además la aprobación de “una Ley de Transición Energética y Cambio Climático en línea con los compromisos en materia de medio ambiente establecidos en el Acuerdo de París".
Esa Ley debe facilitar e impulsar una senda de crecimiento sostenido que permita el desarrollo de todo el potencial que tiene España. Según UNEF, tanto más clara sea esa senda mejor fomentará la inversión en energías renovables.
Además, la asociación apuesta por el establecimiento de un nuevo sistema de mercado para las energías renovables; una nueva fiscalidad ambiental; la reestructuración de la tarifa eléctrica; el fomento de la electrificación y el apoyo a la internacionalización del sector, particularmente a las pymes (pequeñas y medianas empresas)".
Europa
Según el Informe UNEF (que también aborda la situación de la FV a escala global), en el continente europeo, el sector solar fotovoltaico europeo se está preparando para su siguiente fase de crecimiento, tras años de descensos. Así, en 2017 Europa agregó a su parque FV continental 9.200 megavatios de nueva potencia, un aumento del 30% en comparación con los 7.000 MW instalados en 2016 (el impulso en 2017 vino fundamentalmente de Turquía).
Sin embargo -matizan desde la asociación-, a pesar de que 21 de los 28 países de la UE añadieron más potencia en 2017 que en el año anterior, en su conjunto la diferencia con el año anterior fue mínima (5.910 MW en 2017 frente a 5.890 MW en 2016). Según UNEF, "esto se ha debido, fundamentalmente, a los importantes recortes de instalación en el Reino Unido, que añadió la mitad de potencia que en el año previo". A pesar de ello, Reino Unido, Francia y Holanda han sido los únicos países que han añadido más de 500 MW a sus respectivos parques fotovoltaicos nacionales.
Atendiendo a la potencia total instalada, el panorama sigue igualmente similar al del año previo, con Alemania e Italia operando más de la mitad de la potencia total de generación de energía solar fotovoltaica de Europa: un 37,7% (42.000 MW) y un 17% (19.700 MW), respectivamente. Reino Unido, por su parte, ocupa el tercer puesto con un 11,1% y 12.700 MW, mientras que Francia mantiene el cuarto lugar (7% y 8.000 MW) y España, la España de sol y playa, el quinto (4,9% y alrededor de 5.000 megavatios).