“Desde que se suprimieran las tarifas especiales en 2008, el término de potencia se ha incrementado en más de un 1.000%, provocando que el aumento medio de la factura haya sido superior al 100%, haciendo inviables buena parte de los sistemas de riego modernizados, que ahorran agua, pero demandan más energía”, indica Fenacore en un comunicado.
El proyecto europeo, que lleva el nombre de Maslowaten, se hace en estrecha colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid así como con empresas y universidades de otros países y ha permitido construir un total de cinco estaciones de energía solar repartidas en zonas regables de España (2), Italia, Portugal y Marruecos.
Estas instalaciones solares –integradas por placas móviles ubicadas en superficies pequeñas que se giran con el movimiento del sol para aumentar su rendimiento– están permitiendo generar energía limpia que reduce, de media, en un 60% el gasto eléctrico en los bombeos, una vez amortizada la inversión en las placas, y hasta el 30% en consumo de agua.
Fenacore asegura que este proyecto “supone un salto cualitativo y cuantitativo, al permitir demostrar a gran escala la rentabilidad de la energía fotovoltaica, sirviendo además de referencia a los regantes de todo el arco mediterráneo, que comparten con los españoles la necesidad de reducir los costes derivados del alto consumo energético de los sistemas modernizados”.
La federación añade que “los resultados demuestran que aprovechar los posibles recursos naturales disponibles en cada zona regable para la producción de energías renovables para autoconsumo, es una medida viable para ayudar a compensar el sobrecoste de más de 300 millones de euros extras que los regantes españoles vienen pagando a las eléctricas en estos últimos ochos años, con motivo del déficit de tarifa”.
Eficiencia hídrica y energética, más autoconsumo
Con las cifras del proyecto Malowaten sobre la mesa, los regantes piden a la Administración que articule la normativa marco que permita no sólo avanzar en la modernización de regadíos de acuerdo a una doble eficiencia: hídrica y energética, sino también impulsar la producción de energía distribuida para autoconsumo con el fin de reducir los costes asociados al transporte de la electricidad y así hacer efectiva una reducción de las tarifas.
“Si bien es cierto que recientemente se consiguió una fiscalidad eléctrica más ventajosa y una reducción de módulos, que puede suponer un ahorro anual medio de un 30%, se necesitan soluciones complementarias que compensen la totalidad del sobrecoste soportado por el sector, basado principalmente en los costes fijos regulados”, aduce Fenacore.
Esta iniciativa europea se suma a otras medidas impulsadas por Fenacore, como priorizar el aprovechamiento de los desniveles del terreno para generar energía hidroeléctrica (las pruebas piloto realizadas en la Acequia Real y en el Canal de Aragón y Cataluña están generando ya ahorros anuales cercanos a los 1,8 millones) o la compra conjunta de energía a través de una central de compras, que ya está permitiendo ahorros cercanos a los 150.000 euros anuales.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “todas estas medidas son sólo soluciones parciales para reducir los costes ya que lo realmente importante es pagar por la potencia realmente utilizada y no por la potencia máxima contratada durante los doce meses del año, aunque las estaciones de bombeo no estén en funcionamiento. También es crucial seguir potenciando la aplicación de las nuevas tecnologías en la modernización de nuestros regadíos para obtener la mayor eficiencia en el uso del agua y la energía, de modo que podamos producir más y con menos agua”.
Fenacore es una asociación sin ánimo de lucro e independiente políticamente, creada en 1955, que agrupa a las entidades dedicadas a la administración del agua para riego, tanto superficial como subterránea. En la actualidad, cuenta con más de 700.000 regantes y más de dos millones de hectáreas, es decir, más del 80% del regadío nacional agrupado en comunidades de regantes. En el marco internacional, es miembro fundador de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC).