España -explican desde UNEF- mantiene una fuerte posición en la cadena de fabricación de la tecnología fotovoltaica, pues cuenta con empresas con tecnología propia en los elementos con mayor valor añadido de la cadena de valor (electrónica de potencia, seguidores, estructuras, diseño, empresas especializadas en la entrega de parques solares llave en mano, promotores) y con empresas líderes a nivel mundial, especialmente en la fabricación de seguidores solares y de inversores. Además -añaden desde la asociación-, el sector fotovoltaico nacional, en su conjunto, tiene un considerable impacto en la economía nacional: más de 5.000 millones de euros de contribución al PIB (dato 2018, previo pues al bum que ha experimentado el sector en 2019); unos 60.000 puestos de trabajo (empleo directo, indirecto e inducido); y 1.522 millones de euros en exportaciones.
La otra fortaleza son las previsiones
Según el Plan Nacional Integrado 2021-2030 de Energía y Clima, de aquí al año 2030 se deberán instalar unos 30.000 megavatios de nueva potencia fotovoltaica, lo que, en términos económicos, supone una inversión del orden de 20.000 millones de euros. Pues bien, según UNEF, "esta fuerza inversora es una gran oportunidad para la consolidación del sector industrial fotovoltaico español", una oportunidad que España no debe dejar escapar, según la presidenta de la asociación, Arancha Martínez: "el objetivo debe ser, en los casos en los que sea económica y técnicamente sostenible, la producción nacional de las tecnologías necesarias para construir la nueva capacidad fotovoltaica. No podemos correr el riesgo de que, en 2030, tengamos una energía más limpia, pero hayamos desperdiciado la ocasión de que la transición ecológica sea palanca para una verdadera revolución industrial verde”.
La tercera gran ventaja comparativa del Caso España es... el Sol
Y en UNEF así lo recalcan: "nuestro país tiene una gran ventaja competitiva con respecto a los países de nuestro entorno: un mejor recurso solar y territorio disponible para desarrollarlo". Así, en los próximos años -explican desde la Asociación-, las cifras referidas (30.000 megavatios, 20.000 millones de euros de inversión) "podrían aumentar significativamente" si España es capaz de implementar "una decidida apuesta por la fabricación nacional de componentes fotovoltaicos". En ese sentido, la Estrategia Industrial Fotovoltaica debería incluir medidas en cinco ejes, según UNEF: Sector eléctrico; Política industrial; Innovación y Desarrollo; Comercio exterior; y Formación.
Estas son las medidas y reformas que propone UNEF en su Estrategia Industrial
• Sector eléctrico: es necesario garantizar un desarrollo estable de la nueva capacidad fotovoltaica, que deberá reactivarse rápidamente tras las crisis del Covid-19, adoptando una visión de medio plazo que asegure que se introducen entre 2.000 y 3.000 megavatios al año de nueva capacidad solar fotovoltaica. La previsión de un mercado estable y predecible -sostiene UNEF- supone una mayor apuesta por parte de los actores económicos por las inversiones en I+D+i y en capacidad manufacturera.
• Política industrial: es necesario diseñar e implementar una estrategia para consolidar la industria fotovoltaica nacional, buscando la movilización de la inversión privada y fomentando la digitalización, así como promover que el sector fotovoltaico sea reconocido como una cadena de valor de importancia estratégica para Europa.
• Innovación y Desarrollo: es necesario implementar un programa de innovación de tecnologías limpias para mantener la ventaja competitiva del sector industrial fotovoltaico nacional, generando las posibilidades para que los centros tecnológicos se conviertan en centros de excelencia a nivel mundial, así como fomentar la hibridación y el almacenamiento. Además -continúa UNEF-, es clave avanzar en la digitalización del sistema eléctrico, poniendo a disposición de las empresas las mejores tecnologías disponibles basadas en redes 5G, transformación que va a condicionar la competitividad futura de las mismas.
• Comercio exterior: España tiene que constituirse como hub fotovoltaico, aprovechando el tejido industrial nacional del sector y las oportunidades que ofrece el mercado internacional de la energía fotovoltaica, que está en plena expansión. "Con el fin de impulsar la exportación de equipos fotovoltaicos para mejorar la balanza comercial -apuntan desde UNEF-, proponemos considerar las empresas del sector fotovoltaico en los programas de promoción de exportaciones e inversiones, firmar acuerdos comerciales para eliminar las barreras a la exportación de componentes fotovoltaicos nacionales, introducir líneas de avales para fabricantes exportadores y continuar trabajando en el Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) para ayudar a mejorar la competitividad de los productos nacionales en el entorno internacional".
• Formación: la nueva capacidad fotovoltaica que se está instalando en España está generando un número considerable de empleos y para cubrir esta demanda de nuevos profesionales hay que adoptar medidas de formación y capacitación, como son programas de formación local en empleos de construcción y mantenimiento de plantas fotovoltaicas y planes de formación para la transición justa para la reconversión hacia el sector fotovoltaica de profesionales y zonas afectadas.