El estudio, elaborado con un modelo de tecnología y economía basado en datos, advierte no obstante cuatro barreras que podrían obstaculizar su pleno desarrollo: (1) la creación de redes eléctricas estables, (2) el financiamiento de la energía solar en las economías en desarrollo, (3) la capacidad de las cadenas de suministro y (4) la resistencia política de las regiones que pierden empleos (cuencas mineras, por ejemplo). Para sortear estas barreras, los autores del informe, financiado por el Departamento de Seguridad Energética y Net Zero del Gobierno del Reino Unido y la Fundación del Fondo de Inversión para Niños (CIFF), subrayan que políticas como los impuestos al carbono para acelerar la transición a la energía limpia, pueden ser más efectivas que los instrumentos de precios.
La era de la energía solar
"El reciente progreso de las energías renovables significa que las proyecciones dominadas por los combustibles fósiles ya no son realistas", apunta la doctora Femke Nijsse, del Instituto de Sistemas Globales de Exeter. “Sin embargo, las proyecciones más antiguas a menudo se basan en modelos que ven la innovación como algo que sucede fuera de la economía", pero "en realidad, existe un círculo virtuoso entre las tecnologías que se implementan y las empresas que aprenden a hacerlo de manera más económica". Por ello, "cuando se incluye este ciclo en las proyecciones, se puede representar el rápido crecimiento de la energía solar en la última década y en el futuro", asegura Nijsse.
En este contexto, “los modelos tradicionales también sitúan el fin del aprendizaje en algún momento en el futuro cercano, cuando en realidad todavía estamos viendo una innovación muy rápida en la tecnología solar", que "dominará la combinación energética mundial a mediados de este siglo". No obstate, los investigadores advierten que los sistemas eléctricos dominados por la energía solar podrían quedar “atrapados en configuraciones que no son ni resilientes ni sostenibles, con una dependencia de los combustibles fósiles para obtener energía distribuible”.
Barreras para la energía solar
Para lograr la supremacía energética solar, los autores de la investigación señalan que los gobiernos deberían centrar sus políticas en superar las cuatro “barreras” clave:
1- Resiliencia de la red: la generación solar es variable (día/noche, estación, clima), por lo que las redes deben diseñarse para esto. Según Nijsse: "Si no se implementan los procesos para abordar esa variabilidad, se podría terminar teniendo que compensar quemando combustibles fósiles". Dijo que los métodos para generar resiliencia incluyen invertir en otras energías renovables como la eólica, cables de transmisión que unen diferentes regiones, un amplio almacenamiento de electricidad y políticas para gestionar la demanda (como incentivos para cargar automóviles eléctricos en horas de menor actividad). Los subsidios gubernamentales y la financiación para I+D son importantes en las primeras etapas de la creación de una red resiliente, añadió.
2- Acceso a la financiación: el crecimiento solar dependerá inevitablemente de la disponibilidad de financiación. En la actualidad, la financiación con bajas emisiones de carbono está muy concentrada en los países de altos ingresos. Incluso la financiación internacional favorece en gran medida a los países de ingresos medios, lo que deja a los países de ingresos más bajos –particularmente los de África– deficientes en financiación solar a pesar del enorme potencial de inversión.
3- Cadenas de suministro: Es probable que un futuro dominado por la energía solar sea intensivo en metales y minerales. La demanda futura de “minerales críticos” aumentará. La electrificación y las baterías requieren materias primas a gran escala como el litio y el cobre. A medida que los países aceleran sus esfuerzos de descarbonización, se prevé que las tecnologías renovables representen el 40% de la demanda mineral total de cobre y tierras raras, entre el 60 y el 70% de níquel y cobalto, y casi el 90% de litio para 2040.
4- Oposición política: La resistencia de las industrias en declive puede afectar la transición. El ritmo de la transición depende no sólo de las decisiones económicas de los empresarios, sino también de cuán deseable la consideren los responsables de las políticas. Una rápida transición solar puede poner en riesgo el sustento de hasta 13 millones de personas en todo el mundo que trabajan en industrias de combustibles fósiles e industrias dependientes. Las políticas regionales de desarrollo económico e industrial pueden resolver la inequidad y mitigar los riesgos que plantea la resistencia de las industrias en declive.
En lo referente a las barreras financieras, la doctora Nadia Ameli, del Instituto de Recursos Sostenibles de la UCL, observa "una creencia cada vez mayor de que, con la dramática disminución en el costo promedio global de las energías renovables, será mucho más fácil para el mundo en desarrollo descarbonizarse". A pesar de esa sensación, "nuestro estudio revela obstáculos persistentes, especialmente considerando los desafíos que enfrentan estas naciones para acceder al capital en condiciones equitativas. Por ello, "la financiación adecuada sigue siendo imperativa para acelerar la agenda global de descarbonización".
COP28 Dubai
A finales de este año, durante la COP28, un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Exeter publicará el primer Informe Global de Puntos de Inflexión, la evaluación más completa jamás realizada de los puntos de inflexión climáticos y de los puntos de inflexión positivos que podrían ayudar a abordar la crisis climática.
