En la imagen que acompaña esta noticia puede verse el estado de un perfil de acero con recubrimiento de galvanizado en caliente (HDG) en una instalación fotovoltaica del sur de España con menos de cuatro años de vida. Un problema al que pretende poner solución la nueva metodología de Orbis Terrarum.
“Partiendo de un adecuado conocimiento geológico del área de estudio, la combinación de técnicas fisicoquímicas y geofísicas, complementadas por novedosas técnicas electroquímicas, nos permite realizar, en poco tiempo, un mapeo de detalle del estado de corrosión de la planta”, señala Alejandro Cabrera. Este nuevo enfoque electroquímico permite establecer planes de mantenimiento predictivo y preventivo para garantizar la vida útil de la planta, e incluso aumentarla, tal y como viene demandando el mercado en los últimos tiempos.
La corrosión generada por la interacción electroquímica entre el suelo y el acero se ha convertido en uno de los mayores desafíos para las plantas fotovoltaicas alrededor del mundo. Este problema, ampliamente conocido en la industria, plantea serias preocupaciones tanto en el momento de adquisición de activos existentes como en el desarrollo y mantenimiento de nuevas instalaciones.
Tratar de minimizar los costes iniciales en construcción no ha hecho más que traducirse, de manera contraproducente, en problemas de durabilidad a largo plazo, ya que la corrosión del suelo compromete la integridad de las estructuras metálicas utilizadas para sostener los paneles solares.
Alberto López Chinarro, director general de Orbis Terrarum, explica que el departamento de corrosión de su empresa “ha desarrollado un método pionero, respaldado por nuestro propio laboratorio, para prevenir y mitigar este desafío. Este avance no solo garantiza la durabilidad de las instalaciones, sino que también ofrece soluciones rentables y eficientes para clientes globales”.
“La pregunta que debe hacerse la industria no es si la corrosión ocurrirá, sino a qué velocidad afectará a la infraestructura metálica. Y la mejor medida preventiva para mitigar los efectos de la corrosión del suelo en las estructuras metálicas de las plantas fotovoltaicas es un buen diseño inicial basado en datos reales de velocidad de corrosión”.
El problema de la corrosión del suelo al acero está emergiendo en la industria y requiere una atención inmediata. Se están observando casos de corrosión en plantas recientemente instaladas. Incluso en plantas instaladas en suelos aparentemente inocuos, se han reportado problemas serios de corrosión en los primeros años de operación. “La conciencia y la acción coordinada y proactiva de todos los actores de la industria son esenciales para abordar este desafío y asegurar un futuro sostenible para la energía solar”, apuntan desde la ingeniería española.