La investigación, de la que informa Madri+d, está dirigida por el profesor de ingeniería civil y medioambiental Michael Bergin, que midió la disminución de la producción en paneles solares que se ensuciaron con el tiempo por las partículas en el aire y su acumulación en las células solares. Aunque la mayoría de la suciedad proviene del polvo, las partículas creadas por los contaminantes de origen humano, como el carbono por iones, son más pequeños, provocan pérdidas de energía mucho mayores y bloquean más la luz, según el estudio.
"Las partículas artificiales son pequeñas y pegajosas, por lo que son mucho más difíciles de limpiar. Se podría pensar que la solución está en limpiar los paneles solares con más frecuencia, pero cuanto más se limpian mayor es el riesgo de dañarlos", explica Bergin. Las regiones que tienden a ser más áridas como la Península Arábiga, el norte de la India y el este de China observaron pérdidas de energía de un 17% a un 25% con una limpieza mensual. Cuando las limpiezas se realizaron cada dos meses, las cifras de pérdida de eficiencia de los paneles solares se incrementaron de un 25% a un 35%.
Según el estudio, la Península Arábiga pierde más energía solar por el polvo que por los contaminantes artificiales, mientras que China y la India están más afectadas por la contaminación. "China tiene decenas de miles de millones de dólares en pérdidas cada año, causado en un 80 % por la contaminación. Con la explosión de las energías renovables en China y su reciente compromiso con la solar en particular, la cifra se incrementará", señala Bergin.
"Siempre supimos que estos contaminantes eran malos para la salud humana y el cambio climático, pero ahora hemos demostrado lo malo que son para la energía solar también", añade el investigador. "Esto supone otra razón más para que los responsables de formular políticas en todo el mundo adopten controles de emisiones".