Los científicos querían conocer el valor ecológico de los emplazamientos de energía solar fotovoltaica plantados con gramíneas y flores silvestres autóctonas. Para ello, examinaron, a lo largo de cinco años, cómo se establecía la vegetación y cómo responderían las comunidades de insectos al hábitat recién establecido en dos plantas solares del sur de Minnesota, gestionadas por Enel Green Power North America. Ambos emplazamientos se construyeron en terrenos agrícolas retirados.
Los dos emplazamientos solares estudiados se plantaron con gramíneas y plantas con flores autóctonas a principios de 2018. Desde agosto de ese año hasta agosto de 2022, los investigadores realizaron 358 encuestas de observación de la vegetación y las comunidades de insectos, evaluando los cambios en la abundancia y diversidad de plantas e insectos con cada visita.
"El esfuerzo para obtener estos datos fue considerable, regresando a cada sitio cuatro veces por verano para registrar los recuentos de polinizadores", dice Heidi Hartmann, gerente del Programa de Recursos Terrestres y Política Energética en la división de Ciencias Ambientales de Argonne, y una de las coautoras del estudio. “Con el tiempo vimos que el número y los tipos de plantas con flores aumentaban a medida que el hábitat maduraba. Medir el correspondiente impacto positivo para los polinizadores fue muy gratificante".
Todo ello les permitió descubrir que los niveles totales de insectos se habían triplicado entre 2018 y 2022, y que las abejas autóctonas habían multiplicado por 20 su número. También observaron un aumento de las especies de plantas autóctonas, mientras que los polinizadores de los emplazamientos solares visitaban y polinizaban las flores de soja de los campos de cultivo adyacentes.
"Esta investigación pone de relieve la respuesta relativamente rápida de la comunidad de insectos a la restauración del hábitat en los emplazamientos de energía solar", afirma Lee Walston, ecólogo paisajista y científico medioambiental de Argonne, autor principal del estudio. "Demuestra que, si se sitúa adecuadamente, la energía solar respetuosa con el hábitat puede ser una forma factible de salvaguardar las poblaciones de insectos y puede mejorar los servicios de polinización en los campos agrícolas adyacentes”, añade.
“Se espera que en el futuro se desarrolle una gran cantidad de energía solar instalada en el suelo, pero si se ubica adecuadamente, puede compensar la pérdida de zonas naturales y aportar beneficios a la biodiversidad”, añaden los investigadores. "Dado que aproximadamente el 80% de los futuros proyectos de energía solar terrestre podrían tener lugar en tierras agrícolas, la ubicación adecuada de la energía solar respetuosa con el hábitat en tierras agrícolas marginales no sólo puede preservar las tierras agrícolas de primera calidad, sino que podría hacer que estas fueran más productivas gracias a los servicios de polinización que proporciona la energía solar respetuosa con el hábitat”, continuan.
Según el Laboratorio Nacional Argonne, no obstante se necesita más investigación para comprender la viabilidad de la energía solar respetuosa con el hábitat en distintas regiones y para cumplir diferentes objetivos ecológicos como la conservación de insectos o de especies silvestres.