El mayor de los parques tendrá 300 MW de capacidad instalada y se instalará en la ciudad de Karbala, en el centro del país. El segundo en tamaño sumará 225 MW y tiene como destino la provincia de Babilonia. Se licitarán otros dos parques, cada uno de 50 MW, en la región de Wasit (este de Irak) y en la frontera con Irán. La gobernación de Muthanna, que hace frontera con Arabia Saudita, acogerá dos proyectos de 50MW y 30 MW, y en Al Diwaniyah, capital de la gobernación de Al-Qādisiyyah, se instalarán otros 50 MW.
El gobierno iraquí ha invitado a las compañías interesadas a precalificar para los proyectos, si bien no ha dado de momento más detalles sobre el proceso de licitación. El objetivo es que los proyectos, que representan el primer intento del país por diversificar su matriz energética, comiencen a funcionar a finales del próximo año.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que asesora al ministerio de Electricidad iraquí en su objetivo de desplegar plantas solares a escala de servicio público, inició en enero pasado una búsqueda de consultores para la política de energía fotovoltaica de la nación. Uno de ellos es Ali Mirmohammad, según el cual Irak tiene potencial para instalar más de 5.000 MW en energía solar fotovoltaica, otro millar de megavatios en energía eólica y en torno a 200 MW en bionergía
De acuerdo con el consultor, los planes de energía renovable de Irak cuentan con el apoyo, además del PNUD, del Banco Mundial , la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena) y el Centro Regional de Energía Renovable y Eficiencia Energética. En 2017, la capacidad instalada de generación de energía de Irak, basada principalmente en combustibles fósiles, se situó en alrededor de 11,3 GW, insuficiente para satisfacer la demanda estimada en 17 GW.