Procedente de China, la tecnología permite reducir "considerablemente" el proceso constructivo, debido a que, explica el director general de la Empresa Eléctrica (EE) provincial, Misael Rodríguez, al contrario del resto de las plantas instaladas en el país, esta "no lleva hormigón".
La planta, a ubicarse en el centro de la isla, abarcará cerca 7,1 hectáreas y sumará una potencia de 4,4 MW.
El sistema de anclaje permite fijar cada pilote en el terreno a partir de una punta reforzada, que a su vez sobresale cerca de 30 centímetros del nivel de la tierra; esto significa un proceso que -se asegura- es de instalación ágil y económica. Comparativamente, una planta construida en la misma provincia el año pasado, de 2,5 hectáreas, y bases de hormigón armado se demoró tres meses, además de mover "cuantiosos recursos económicos y mayor mano de obra". Se espera que esta planta, que ocupa más de tres veces la anterior superficie, esté concluida en un mes y medio.
Cuando el parque se conecte al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) estará en condiciones de generar 6,6 GW/h anuales, equivalente al consumo de más 1.700 toneladas de combustible fósil de las centrales termoeléctricas, y permitirá evitar la emisión de cerca de 5.603 toneladas de gases contaminantes.
Según la EE, se espera que en 2019 Sancti Spíritus tenga incorporados al SEN unos 63 MW fotovoltaicos, alrededor de un 70% de la energía eléctrica que demanda ese territorio en el horario pico del almuerzo. Se afirma que la radiación solar recibida en un día en la isla representa el petróleo que se consume en cinco años.