Actualmente, la práctica totalidad del lo que un usuario inyecta a la red se regresa como crédito a su factura eléctrica. La medida, que está siendo estudiada en una consulta pública que se extenderá hasta finales de noviembre, propone una tarifa que marcaría ese crédito en el 68 % de lo que se envía al distribuidor, según aseguró el presidente de la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), Rodrigo Sauaia.
Suaia analizó que si el cambio se confirma, significará un desincentivo importante para la instalación de ese tipo de sistemas fotovoltaicos, y agregó que "desde el punto de vista de la seguridad legal y regulatoria, es un cambio terrible". Absolar solicitará la extensión de la consulta pública para que el asunto pueda evaluarse mejor con la sociedad.
La implementación de esta medida tendría un período de transición, hasta 2030, para aquellos que instalen paneles solares antes del cambio de la regulación, y será seguramente una muy mal recibida por aquellos que invirtieron en instalaciones con previsión de tener beneficios a largo plazo.
El objetivo de la medida de Aneel es compensar las inversiones realizadas en infraestructura por la empresa de distribución de energía, por lo que técnicos en electricidad del gobierno intentarán convencer al presidente Jair Bolsonaro de que la propuesta de la Aneel no se trata de "gravar el sol", argumento que el propio presidente utilizó para criticar la propuesta.
