La iniciativa, promovida junto a la empresa extremeña Tesela Natura, contribuirá también al desarrollo de la economía circular ya que, además de estudiar cómo el cultivo de plantas aromáticas incrementa la calidad de la miel en estas instalaciones, esta se comercializará a partir de mayo. El proyecto -adelanta Iberdrola- se desarrollará en otros campos fotovoltaicos de la compañía en España, "demostrará también cómo la ubicación de polinizadores en instalaciones renovables situadas cerca de tierras agrícolas puede mejorar el rendimiento de los cultivos y, así mismo, constatará la importancia de la labor polinizadora de las abejas para la estabilidad de los ecosistemas". En el parque fotovoltaico de Andévalo, las abejas cuentan con terreno libre de herbicidas ya que el control del crecimiento de las malas hierbas se hace de forma manual o con ganado. Las abejas polinizan más del 80% de las plantas del planeta y más de 90 tipos cultivos diferentes. En la actualidad, el 75% de los alimentos que consumimos dependen de la polinización.
Ubicada en el término municipal de Puebla de Guzmán, el campo fotovoltaico de Andévalo consta de 150.000 paneles solares y, según las estimaciones de Iberdrola, evita la emisión de 15.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año. La electricidad que produce contribuye desde hace meses a descarbonizar el proceso de fabricación de cerveza que realiza Heineken en sus cuatro fábricas en España.
Iberdrola aspira a alcanzar lo que denomina "la pérdida neta nula de biodiversidad" en 2030 y apuesta por "el impacto neto positivo en los nuevos desarrollos de infraestructuras". la compañía asegura que ha realizado "más de 1.450 acciones de protección a la biodiversidad en los últimos tres años".