Desde Holaluz explican que "los tipos de interés elevados y una falsa sensación de moderación de precios relacionada con su subvención", como las reducciones temporales del IVA del 21% al 5%, y del impuesto sobre la electricidad del 5% al 1%, "han disuadido por ahora a muchos clientes residenciales sobre la inversión en instalaciones solares". A esta situación, la energética añade "la capacidad de las compañías petroleras y gasistas de ofrecer energía muy por debajo del precio de mercado". Este panorama ha entorpecido las previsiones de un sector que cerraba un 2022 muy positivo y esperaba un 2023 de récord.
En concreto, la compañía afirma que en 2023, el mercado ha caído entre el 25% y el 50% respecto al 2022, una situación que también está afectando a otras empresas alumbradas al calor del encarecimiento de la energía y el desarrollo tecnológico relacionado con el autoconsumo. Ahora, los problemas empiezan a aflorar tras la estabilización de los precios de la energía -que se dispararon como consecuencia de la agresión rusa a Ucrania- y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores causada por la inflación, que disuade a los hogares de acometer reformas.
Holaluz, cuyo propósito es "conectar a la gente con la energía verde para descarbonizar el mundo mediante la transición de un sistema contaminante a un modelo distribuido, verde y eficiente", llegó al mercado en 2010 y, tras ver que generaba interés en quienes ya disfrutaban de su servicio de luz, empezó a ofrecer gas en 2015 como tecnología de acompañamiento a la electricidad renovable.