La casa, de 70 metros cuadrados, utiliza exclusivamente energía solar, está construida con madera, ha sido desarrollada por arquitectos y expertos de 20 países y será puesta a la venta, una vez concluya el concurso solar. ¿El precio? "A partir de 199.000 euros". Denominada Fab Lab House, acaba de ser presentada en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña y se autodefine como "la primera vivienda inteligente que genera más energía de la que consume, además de permitir producir alimentos y útiles".
Según sus promotores, "desde los albores de la civilización, la raza humana ha buscado lugares susceptibles de ser acondicionados para cobijarse de las inclemencias del clima; producir y consumir alimentos y donde crear y preparar los útiles de caza". Pues bien, esta casa quiere responder a esas necesidades básicas y las traduce al lenguaje del siglo XXI. Así, la Fab Lab House produce la energía que consume, genera un espacio para el huerto de modo que sus habitantes puedan autoabastecerse e incorpora maquinaria de última generación que permite crear muebles y objetos para la vida cotidiana.
En lo que se refiere a su dimensión energética, la Fab Lab House presenta aislamientos naturales, un sistema de calefacción con suelo radiante y un sistema de ventilación cruzada que sustituye a los aparatos convencionales de aire acondicionado. La captación de energía se produce gracias a una cubierta compuesta de placas fotovoltaicas flexibles y moldeables "con una capacidad de generación de energía de 15 kilovatios, previendo un balance siempre positivo al final del año, ya que verterá a la red la energía excedente y recibirá energía de ésta cuando las condiciones climatológicas no le permitan producir".
Principios medievales
En el acto de presentación de la casa, que ha tenido lugar en Barcelona, han participado Vicente Guallart, director del IaaC; Jorge González, director de Proyectos de Schneider Electric; Isabel Buesa, directora comercial de Endesa en Cataluña, y Ramon Ruiz, director de Visoren. Guallart ha explicado que el siglo XXI estará liderado por productores y no por consumidores, y ha abogado por recuperar prácticas olvidadas: "hay que volver a producir cosas en las ciudades. Nuestra casa solar la hemos producido con investigadores, siguiendo principios medievales: el diseñador y el constructor es la misma persona".
La casa está construida a partir de 26 metros cúbicos de piezas de madera de pino blanco, cortadas digitalmente con máquina láser y montadas de acuerdo a formas curvas y onduladas. Con este "diseño orgánico", sus promotores han querido crear una estructura "paramétrica y flexible, adaptable a la climatología de diferentes países y respetuosa con la superficie en la que se instale". Los cimientos de la casa elevan la planta sobre el terreno, para crear una zona que permita instalar un huerto para abastecer a los habitantes de la casa.
Según Guallart, "la forma de la casa responde a su potencial de producción energética. Si en el siglo XX la forma seguía a la función, en el XXI la forma sigue a la energía. Los edificios han de ser como los árboles, que son autosuficientes, y han de seguir principios naturales". El prototipo, que concursará en el Solar Decathlon, crea un espacio de 70 metros cuadrados habitables de casa. Las medidas exteriores son de 5,4 metros de altura, doce metros de largo y nueve de profundidad. Este espacio está organizado como un loft habitable por una familia de cuatro personas.
Más información:
www.sdeurope.org
www.iaac.net
www.cba.mit.edu
www.fab.cba.mit.edu
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