El máximo histórico de potencia instalada en un año en Europa databa de 2011. Han hecho falta diez años para dinamitarlo, pero ha sucedido. Según los datos de EurObserv'ER, el observatorio de las energías renovables de la Comisión Europea, y según la asociación de la industria local, SolarPower Europe, 2021 ha sido el año en el que la solar fotovoltaica más
potencia ha instalado en Europa en toda su historia. En realidad, el año del despegue final. Porque las estimaciones a corto-medio plazo son casi sobrenaturales. SolarPower estima que Europa instalará a razón de 100 gigavatios anuales a partir de 2025 y que podríamos llegar al teravatio de potencia solar acumulada (mil gigas) en 2030. Y no parece burbuja.
EurObserv'ER destaca una diferencia capital entre el 11 y el 21, los dos años-top. Mientras que en 2011 la aceleración del mercado fue de carácter especulativo (los desarrolladores querían aprovechar las tarifas reguladas por los gobiernos, elevadas, mientras que el precio de los componentes fotovoltaicos caía ya en picado), en 2021, el observatorio europeo de las energías renovables contempla este segundo acelerón como un hito más de un proceso de crecimiento “natural”. EurObserv'ER habla de “crecimiento saludable y más sostenible porque está basado en mecanismos de mercado y en los beneficios de la competitividad de la electricidad solar sobre otras formas de generación de electricidad”.
Alemania mantiene su indiscutible liderazgo como la primera potencia solar de Europa: en 2021 ha añadido 5.015 megavatios (MW) a su parque nacional de generación solar (4,8 gigas en 2020) y alcanza ya los 58,7 GW de potencia acumulada. Toda esa potencia generó en 2021 unos cincuenta teravatios hora de electricidad, más electricidad solar que la que producen los parques solares nacionales de Italia, Portugal y España juntos.
La elevada dependencia alemana del gas ruso (o más bien la guerra) parece haber convencido al Gobierno socialista de Olaf Scholz de que conviene acelerar la transición energética hacia un modelo 100% renovable. Así, el Bundestag anunció el pasado 8 de abril que elevará su objetivo renovable para el mix eléctrico 2030 desde el 65% comprometido previamente hasta el 80, y adelanta el 100% renovable al año 2035. El último Barómetro FV de EurObserv'ER recoge una frase del ministro alemán de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, que pone en contexto esa norma, que entrará en vigor oficialmente el 1 de julio: “es la mayor revisión de la política energética en décadas”.
Alemania va a subastar seis gigavatios de potencia FV este año y prevé subastas anuales de hasta 22 gigas “a partir de 2026 y hasta al menos 2035” (22 gigavatios... por año). Esa velocidad de crucero debe conducir al parque solar fotovoltaico alemán hasta los 215 GW en 2030. La administración alemana además ha querido blindar ese proceso y ha reconocido a las energías renovables como de interés público por motivos de seguridad de suministro y hasta que se alcance la neutralidad climática, lo cual implica facilidades en los procedimientos de tramitación. El Gobierno de Scholz también ha establecido medidas de apoyo para impulsar los proyectos solares ciudadanos (facilidades de carácter administrativo), y otras (medidas de carácter económico) para fomentar los tejados solares y la agrovoltaica.
La península del Sol
España ha conectado a la red 4.237 MW de potencia solar en los últimos 17 meses, entre el 1 de enero de 2021 y el 31 de mayo del corriente (dato Red Eléctrica). La FV crece a razón de 250 megas al mes. Según EurObserv'ER, la mayor parte de esa potencia ha llegado a través de contratos de comercialización, lo que ha convertido el mercado español en uno de los mayores mercados solares que operan sin subsidios de ningún tipo ni precios garantizados por el estado. La FV opera en España sin ayudas y sin... facilidades. Porque el sector se queja de que las dificultades de acceso a la red (atasco administrativo) están ralentizando el despliegue de nueva potencia.
En todo caso, EurObserv'ER anuncia bum fotovoltaico en España para el año que viene, ejercicio en el que tienen que entrar en fase de operación los megavatios FV adjudicados en las subastas del año pasado. La primera de ellas tuvo lugar en enero del 21 y adjudicó 2.036 MW fotovoltaicos a un precio medio de 24,4 euros el megavatio hora (mínimo de 14,89). La segunda tuvo lugar en octubre y adjudicó 866 MW a un precio medio de 31,65 euros el megavatio hora (máximo de 36,88 euros). Estos precios están garantizados durante 12 años.
¿Para cuándo?
Una tercera subasta, de 140 MW (a distribuir en instalaciones de menos de cinco megas), ha sido anunciada a finales de 2021. Varias fuentes del sector han criticado mucho el formato (consideran que no es atractivo para proyectos de esas características: proyectos de menos de 5 MW). Y el Gobierno podría estar repensando el asunto, pues la convocatoria parece ahora congelada. Las instalaciones solares para autoconsumo han sido el otro desencadenante del éxito fotovoltaico español en 2021. Según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), el año pasado el sector instaló en España 1.151 MW de potencia en autoconsumos (el dato de la Unión Española Fotovoltaica es ligeramente superior: 1.203). [Bajo estas líneas, producción bruta de electricidad solar, por países. Como se aprecia, Alemania produjo el año pasado más electricidad solar que Italia, España y Portugal juntas].
Sea como fuere, estamos hablando de un crecimiento extraordinario: aproximadamente +85% con respecto a la potencia instalada en autoconsumos en 2020. De los más de mil megas de autoconsumos instalados, 253 se los ha anotado el sector residencial. Ahora mismo hay, según APPA, unos 2.500 MW en autoconsumos en España. Y vienen muchos más, según EurObserv'ER, que vislumbra un escenario muy positivo. Por muchos motivos: por la solidez de un sector (el de la instalación) plenamente consolidado ya; por el recurso objetivo de un país extraordinariamente generoso en Sol; por la competitividad plena que ha alcanzado la tecnología, que ha abaratado costes (-82% en una década, según la Comisión Europea); y por el brutal incremento del precio de la electricidad, que hace aún más atractiva esta solución de ahorro (ahorro de energía y ahorro de dinero). Así todo, el Gobierno español maneja dos escenarios 2030 de penetración del autoconsumo: 9.000 MW (escenario ordinario), y 14.000 (escenario optimista). Algunos actores del sector consideran esos 14 gigas poco ambiciosos. En el muy corto plazo, APPA prevé que el autoconsumo superará en 2022 "holgadamente" los 1.151 megas instalados en 2021.
Portugal también está pisando el acelerador. En abril, el objetivo que hasta entonces tenía fijado para 2030 decidió adelantarlo a 2026. ¿Y cuál es ese objetivo? Pues que el 80% de la electricidad salga en esa fecha de fuentes renovables de energía (la cuota REN del mix eléctrico luso fue el año pasado del 58%). Y la determinación del Ejecutivo del socialista Antonio Costa parece inequívoca. Portugal ha organizado en abril su primera subasta de proyectos solares fotovoltaicos flotantes: 236 MW a desplegar en siete grandes embalses portugueses (a conectar antes de 2025, disfrutarán de una autorización de treinta años). Los adjudicatarios tienen 15 años asegurados por contrato y los 15 siguientes podrán ir a mercado.
Holanda
El holandés ha sido otro de los mercados muy activos en 2021. Según EurObserv'ER, en esos doce meses Holanda ha añadido a su parque nacional fotovoltaico 3.299,3 MW de nueva potencia, muy cerca de su máximo anual histórico: 3.723,7 megas en 2020. El país cuenta ahora mismo con más de 14.000 MW acumulados. Los dos motores de ese crecimiento han sido –según el observatorio europeo– el balance neto para la solar residencial y las pymes y, en el caso de las grandes instalaciones, un sistema de subastas en el que la fotovoltaica compite con otras tecnologías. Según SolarPower Europe, el mercado holandés podría ser aún mucho más grande, pero al menos 12.000 megavatios se enfrentan a problemas relativos a la ubicación de los proyectos o a la seguridad de su conexión a la red.
Geopolítica
La guerra de Ucrania ha enfrentado a Europa con su gran fantasma: la dependencia energética, del gas y del petróleo. Pero el sector (y de su mano las autoridades) han dado un paso más allá y ya han alertado sobre otro riesgo: la dependencia de los países que nos venden las placas solares u otros componentes de la industria fotovoltaica. En ese marco, SolarPower Europe y el European institute of innovation and technology (EIT InnoEnergy es un organismo dependiente de la Unión Europea) acaban de lanzar la European Solar Initiative, iniciativa cuyo objetivo es desplegar en Europa todos los eslabones de la cadena de suministro de la industria fotovoltaica, “desde las materias primas al reciclado”.
Las fábricas que vienen
Según EurObserv'ER, el renacimiento de la industria solar europea debe ser favorecido por las cada vez mayores exigencias (en materia de CO2) a las que deben enfrentarse las importaciones de paneles. El escenario parece cada vez más claro: no todos los fabricantes emiten lo mismo por unidad producida y, en todo caso, traer productos FV desde el otro
confín del mundo implica emisiones de CO2 que se podrían evitar si esos bienes son made in Europe.
Ha sido precisamente en ese marco donde ha emergido –recuerdan desde EurObserv'ER– el Carbon Border Adjustment Mechanism, una propuesta de norma acordada por los ministros de la UE27 el pasado 15 de marzo que podría ser presentada al Parlamento Europeo en junio. La norma propone una tasa para los productos que llegan a la Unión que sería calculada en función del CO2 emitido durante el proceso de fabricación del producto en cuestión. En la misma línea de trabajo, la Comisión Europea ha dado luz verde a la inclusión de requisitos socio-económicos y ambientales en las subastas de potencia renovable, de modo que estas no pivoten únicamente sobre el precio. Esos requisitos pueden pesar en las subastas hasta un 30%. Habrá que ver qué hace cada país con esa posibilidad.
Algunas compañías ya han anunciado en todo caso ampliaciones de sus fábricas en suelo europeo con el fin de incrementar su capacidad de producción. La italiana Enel, cuyo principal accionista es el Ministerio de Economía y Finanzas transalpino, anunció en abril que ha firmado un acuerdo de ayuda con la Comisión Europea que va a hacer posible que incremente la capacidad de producción de sus instalaciones de Catania, donde fabrica módulos de tecnología heterounión. Enel quiere ampliar esa capacidad desde los actuales 200 MW hasta 3.000. La Comisión Europea contribuirá con hasta 118 millones de euros de los 600 necesarios para ejecutar el proyecto, que ha recibido el nombre de 3Sun. Según Enel, el proyecto 3Sun alcanzará plena operatividad en julio de 2024, con un hito intermedio –400 MW– en septiembre de 2023.
Greenland
La empresa española Greenland, junto al instituto Fraunhofer (ISE) y la compañía Bosch (Rexroth) ha anunciado un proyecto de construcción de una gigafactoría en la zona franca del Puerto de Sevilla, en Andalucía. La fábrica, verticalmente integrada, quiere producir cinco gigavatios de potencia en placas solares. Según EurObserv'ER, el objetivo de Greenland es producir obleas de silicio monocristalino para células solares de tecnología PERC (Passivated Emitter Rear Cell) que serán integradas en módulos de hasta 540 vatios (Wc).
El fabricante de módulos de tecnología heterounión Meyer Berger, que adquirió las fábricas de Solarworld tras el colapso de 2017, anunció en marzo que está avanzando en la ampliación de la capacidad de fabricación de dos de sus centros de producción: Thalheim, donde produce células, y Freiberg, donde produce módulos. Meyer Berger quiere incrementar la producción en Thalheim hasta los 1.400 megavatios; y la de Freiberg, hasta los 1.000 megas (quiere hacerlo tan pronto como para el cuarto trimestre de este año).
Impuestos
Este último barómetro fotovoltaico de EurObserv'ER destaca también la Directiva 2022/542, publicada el pasado 22 de abril, en el Boletín Oficial de la Unión Europea. Esta norma quiere acelerar el despliegue de tejados solares en toda la Unión. Para ello, estipula que los estados miembro podrán promover esa solución de ahorro de energía mediante la aplicación de un IVA reducido (de cero a cinco por ciento). Los estados miembro pueden aplicar esa medida sobre aquellos productos y servicios que favorezcan la salud de las personas y del medio ambiente. Esta medida –explican desde EurObserv'ER– podría ser aplicada pues directamente sobre los paneles solares de las instalaciones domésticas para autoconsumo. Los estados miembros tienen hasta el 7 de julio para aplicar ese IVA reducido.