Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera, se presentó a las últimas elecciones (junio de 2016) con un programa -350 soluciones para cambiar España a mejor- estructurado en cinco Partes. La tercera de ellas -titulada "Invertir en el presente para ganar el futuro"- incluía una medida (la número 226) que decía y dice exactamente así: "eliminaremos el Impuesto al Sol y simplificaremos la tramitación de los proyectos de autoconsumo eléctrico". Ciudadanos obtuvo aquel domingo de junio algo más de tres millones de votos (3.123.769), un apoyo que se tradujo en 32 escaños en el Congreso de los Diputados. El 13,05% de los votantes que acudieron aquel día a las urnas depositaron su confianza en el partido naranja.
Apenas un par de meses después, la formación que lideran Albert Rivera y Juan Carlos Girauta firmó un acuerdo con el Partido Popular: 150 compromisos para mejorar España. El acuerdo bipartito quería ser la antesala de la segunda investidura de Rajoy. La idea era que Ciudadanos entregaba sus 32 votos al Partido Popular -en aras de la gobernabilidad, según Rivera- y el PP se comprometía a responder cumpliendo, una vez lograda la investidura de Mariano Rajoy, los 150 compromisos firmados. Este segundo documento también estaba estructurado en cinco Bloques. El primero de ellos -titulado "Crecimiento económico, competitividad y empleo"- incluía una medida (la número 20) que decía y dice exactamente así:
"se eliminarán las dificultades que pudieran existir al autoconsumo eléctrico eficiente (coloquialmente conocido como impuesto al Sol) con el fin de promover un marco regulatorio estable y propicio para la generación a pequeña escala".
Durante los últimos meses, el partido de Rivera no ha hecho otra cosa que reafirmar su compromiso con el autoconsumo. El 9 de septiembre de 2016, por ejemplo, Ciudadanos publicaba en el Boletín Oficial de las Cortes Generales su “Proposición de Ley de medidas para el fomento del autoconsumo eléctrico”, una proposición que recogía y recoge el espíritu del “Acuerdo de Compromiso para el Desarrollo del Autoconsumo Eléctrico”, suscrito en febrero de 2016 por once partidos políticos (PSOE, Podemos, Esquerra, PNV, Coalición Canaria, Ciudadanos, etcétera, etcétera) y que por supuesto incluía la derogación del impuesto al Sol y la desburocratización de la tramitación de las instalaciones de autoconsumo (véase el Acuerdo).
El Gobierno Rajoy tumbaba semanas después esa Proposición, pero Ciudadanos no se arredraba y, así, a finales de enero, y esta vez en compañía de todos los Grupos Parlamentarios de la oposición (de todos), el partido de Rivera, Arrimadas y compañía volvía a las andadas y presentaba una segunda proposición, en este caso denominada "Proposición de Ley para el Fomento del Autoconsumo Eléctrico", un texto que plantea "cuatro cambios principales" en la normativa del autoconsumo. ¿El primero? La derogación del impuesto al Sol. Los otros tres cambios son la posibilidad de que varios consumidores compartan instalación de autoconsumo; la simplificación administrativa; y la adaptación del régimen sancionador. Sucedía en enero.
En febrero, Energías Renovables invitaba a los portavoces de Energía de los cuatro grupos parlamentarios más importantes de la Cámara -PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos- a valorar los cinco años de Gobierno Popular, 2012-2016. Entre las firmas invitadas, estaba por supuesto la portavoz de Energía del Grupo Parlamentario Ciudadanos, Melisa Rodríguez, que, en su valoración, se mostraba muy crítica con la política energética popular del último quinquenio. Entre otras cosas, Rodríguez escribía en nuestra edición de febrero -Energías Renovables 158-, lo siguiente:
"antes de cerrar la legislatura, el Gobierno dejaba su último regalo envenenado al sector haciendo uso de su mayoría parlamentaria: el establecimiento del Impuesto al Sol para evitar la utilización del autoconsumo eléctrico renovable, una forma de generación que podría contribuir al cumplimiento de los objetivos medioambientales y a revitalizar buena parte de las industrias del país".
Rodríguez cerraba su valoración con otra frase inequívoca.
"Por estas razones -concluía-, presentamos nuestras iniciativas sobre auditoría de costes, autoconsumo eléctrico, bono social, eficiencia energética e independencia de los reguladores. Creemos en una política energética de consenso, de cara a los ciudadanos e inversores, y de espaldas a los antiguos vicios del pasado".
El Gobierno Rajoy, tal y como hiciera con la primera Proposición de Ley (la que presentó Ciudadanos en solitario en septiembre), decidió hace unos días vetar la tramitación parlamentaria de la segunda Proposición (la que han avalado todos los Grupos Parlamentarios; todos, menos el Grupo Popular, se entiende). El caso es que al veto impuesto por el Gobierno debía seguir una votación en la Mesa del Congreso, votación en la que los miembros de la Mesa debían decidir si ratificaban o levantaban el veto gubernamental (que es por cierto el vigésimo cuarto que plantea el Ejecutivo Rajoy en los 135 días que llevamos de legislatura). Pues bien, para sorpresa de propios y extraños, el partido de Albert Rivera y Melisa Rodríguez ha decidido (decidió el martes) ratificar el veto del PP, impidiendo así la tramitación parlamentaria de su propia Proposición de Ley.
La votación ha sido así
La Mesa del Congreso está compuesta por nueve diputados: 3 del PP, 2 del PSOE, 2 de Ciudadanos y 2 de Unidos Podemos. Y, habida cuenta de quiénes habían presentado la Proposición (Ciudadanos, Unidos Podemos y PSOE), todo hacía presagiar que el veto sería levantado en esa Mesa. Todo apuntaba en esa dirección... pero no ha sido así. Y no lo ha sido porque los dos votos de Ciudadanos (los de Patricia Reyes y José Ignacio Prendes) se añadieron a los tres del Partido Popular, los de las diputadas Rosa María Romero, Alicia Sánchez-Camacho y Ana Pastor, que es además la presidenta del Congreso. Cinco noes frente a cuatro síes. En fin, que esta Proposición de Ley, que planteaba la derogación del impuesto al Sol, no será tramitada.
La sorpresa ha sido mayúscula. Lo ha sido para todos los actores del sector. Pero lo ha sido probablemente en mayor medida para el artífice primero del gran acuerdo parlamentario que alumbró esta Proposición de Ley, la Unión Española Fotovoltaica. Porque fue UNEF la asociación sectorial que logró sentar en torno a la misma mesa a todos los grupos del arco parlamentario (todos menos el PP, se entiende) y ponerles de acuerdo para firmar un mismo texto, toda una Proposición de Ley que incluía -explícita- la derogación del impuesto al Sol y la desburocratización del autoconsumo.
"Nos sentimos decepcionados -explicaba ayer a Energías Renovables José Donoso, director general de UNEF-, muy decepcionados. La verdad es que no nos lo esperábamos, porque pensábamos que, cuando se firma un acuerdo y se firma una Proposición de Ley... Pensábamos que iban a ser coherentes con eso y que iban a facilitar la tramitación para que se discutiera en el Parlamento".
La decepción en el sector fotovoltaico es efectivamente muy evidente
Porque se trata de un sector diverso, sin duda alguna, pero en el que ciertamente hay muchos pequeños inversores de perfil más bien moderado, agricultores, autónomos y pymes del sector de la instalación, muchos votantes tradicionales del Partido Popular que, en las últimas elecciones, votaron naranja porque estaban decepcionados con la política energética PP en materia de autoconsumo.
Y toda esa gente se siente ahora traicionada, más aún después de tantos meses de ratificación explícita de ese compromiso: ratificación en forma de Acuerdos, en forma de Proposición de Ley (dos proposiciones en seis meses), declaraciones públicas de intenciones... El próximo martes, en todo caso, Ciudadanos tendrá la última oportunidad para levantar el veto que ahora ha sostenido.
Quedan pues cinco días para que el partido naranja reconsidere su postura, tal y como ya le han solicitado una veintena de organizaciones de la vida política y social, entre las que se encuentran desde Greenpeace y la Fundación Renovables a la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica o la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético; desde Unidos Podemos y el PSOE a Comisiones Obreras, la OCU o Facua-Consumidores en Acción.
El daño en todo caso ya está hecho. Ciudadanos se ha revelado en este asunto, quizá como nunca antes -nos contaba un empresario del sector que prefiere mantener el anonimato- como un partido profundamente "populista". Un partido que promete en campaña lo que haga falta, un partido que atiza el fuego durante los cien primeros días de gobierno... pero un partido que, al final, congela a todos (y se retrata) a la hora de la verdad.
"antes de cerrar la legislatura, el Gobierno dejaba su último regalo envenenado al sector haciendo uso de su mayoría parlamentaria"
Lo escribía Melisa Rodríguez, portavoz de Energía del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en nuestra edición de papel del mes pasado (esa tribuna la subimos a la red el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer).
Ciudadanos votó en contra de la tramitación de su propia Proposición de Ley el pasado martes en la Mesa del Congreso.