"Establecer que la energía solar puede generar energía durante la mayor parte del año, y determinar qué tipo de sistemas producen la mayor cantidad de energía, adaptada a la hora del día, debería ayudar a acelerar el crecimiento de la energía solar en Alaska, reduciendo la necesidad de combustible diesel, costoso y emisor de CO2, y aumentando la seguridad energética de las comunidades remotas", explica Laurie Burnham, director de Tecnología Fotovoltaica y de Materiales del Laboratorio Nacional de Sandia.
La región del Ártico, explica el investigador, cuenta con pocas estaciones de medición para llevar a cabo la investigación; por lo tanto, la selección de un lugar de pruebas que sufra el brutal clima ártico y las duras condiciones de la costa es vital para comprender la amplia gama de factores ambientales que soportarán los paneles fotovoltaicos.
"Oliktok Point es un lugar muy relevante desde el punto de vista medioambiental, ya que cumple todos los requisitos. Pasamos del hielo permanente durante el invierno, con el permafrost, a la ruptura del hielo marino, a las aguas abiertas y a una temporada de deshielo en la que el suelo se ablanda y se convierte en barro", señala Andrew Glen, director de Ciencias Atmosféricas de Sandia.
El sistema
En septiembre pasado, los investigadores instalaron un pequeño sistema fotovoltaico, de 4,3 kilovatios, sobre un contenedor en Oliktok Point, formado por módulos bifaciales, es decir, fotoactivos por ambas caras. Este diseño permite que la radiación solar llegue a las células fotovoltaicas por un lado y que la luz reflejada llegue también al lado opuesto de las mismas células. Al recibir la luz por ambos lados, los módulos bifaciales pueden producir entre un 15% y un 50% más de energía, dependiendo de la cantidad de reflectividad y del tipo de célula solar.
Los módulos bifaciales producen las mayores ganancias de energía cuando la reflexión circundante de la radiación solar es alta, como es típico de un día soleado en entornos nevados. Los datos recogidos en Oliktok Point permitirán hacer un seguimiento de esas ganancias energéticas diarias y ayudarán a desarrollar modelos de predicción del rendimiento energético basados en el ángulo de inclinación y la orientación de los módulos.
"Alaska, y Oliktok en particular, representa un caso límite para el despliegue fotovoltaico", matiza Bruce King, director del Laboratorio de Evaluación de Sistemas Fotovoltaicos de Sandia. Aprender sobre la generación solar en estas condiciones extremas ayudará a aumentar la recolección de energía que de otro modo no se consideraría. “Esto puede ser especialmente importante para los despliegues fotovoltaicos en otras zonas geográficas que tampoco son óptimas”.
El equipo espera que su investigación apoye el crecimiento de la energía solar en Alaska y otros climas septentrionales, demostrando que esta tecnología es una fuente de energía viable, incluso en climas extremadamente fríos con sol limitado o inexistente en invierno.