El freno actúa como una pinza sobre la corona de orientación y el piñón del motor reductor, eliminando con ello las cargas dinámicas que multiplican la fuerza del viento, que es un punto crítico en otros seguidores del mercado.
Además, y como complemento a este sistema de seguridad, el motor reductor incorpora un freno eléctrico que en caso de fuertes vientos ayuda al freno hidráulico y amortigua el efecto del mismo sobre los elementos motrices del seguidor, evitando así roturas y ayudando a aumentar la vida de la máquina y de sus elementos principales.
Ambos frenos se colocan en puntos opuestos de la corona, repartiendo así los esfuerzos recibidos y dando una gran estabilidad al seguidor, que soporta vientos superiores a los 160 km/h. Cada seguidor lleva un programa independiente que controla y gestiona las posibles incidencias mediante alarmas, que se podrían atender directamente en el seguidor gracias a una consola manual o bien integrada en la monitorización interna o por Internet.
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