1. Menor dependencia de las naciones que nos venden los combustibles fósiles (Nigeria, Arabia Saudí, Argelia, Catar, Rusia). Y una menor dependencia energética equivale a una menor dependencia económica. Durante el primer semestre de 2017, España ha importado productos energéticos (petróleo y derivados, carbón, gas) por valor de más de 20.000 millones de euros (M€).
2. Más justa distribución de la riqueza. La central nuclear de Garoña (466 megavatios de potencia) dejó de producir electricidad en 2012. Si quisiéramos sustituir con instalaciones de autoconsumo toda la electricidad que generaba Garoña, necesitaríamos –estima Feníe- una inversión de alrededor de 12.000 M€. Pues bien, esa inversión sería ejecutada de modo distribuido, pero, sobre todo, en entornos rurales, donde las viviendas son más adecuadas para el autoconsumo, lo cual beneficiaría a zonas que padecen graves problemas de desempleo y despoblación.
3. Beneficios socioeconómicos. La activación del mercado del autoconsumo servirá para recuperar un sector muy cualificado del tejido industrial español –el de las energías renovables- y para empujar desde él –desde su experiencia y saber hacer- la competitividad empresarial de todo el país (porque el ahorro de energía libera recursos económicos, que la empresa puede emplear en I+D+i, salud laboral, bienes de equipo y/o, en definitiva, en ganar competitividad). La actividad se verá reflejada en el Producto Interior Bruto gracias a las inversiones, la fabricación de bienes de equipo, la compraventa de instalaciones, la puesta en marcha de las mismas, los impuestos derivados de las actividades y transacciones, el empleo directo e indirecto, etc.
4. La industria española de cualquier sector (automóvil, textil, etcétera) competirá en el futuro con industrias extranjeras que optarán (o que ya lo han hecho) por el autoconsumo. Si la Administración española estrangula puertas adentro el desarrollo del autoconsumo -desincentivándolo con alambicados procedimientos administrativos, barreras técnicas e impuestos sin sentido-, estará arrebatándole a las empresas españolas una solución de ahorro que sí aprovecharán sus rivales internacionales para competir. O sea, que estará lastrando el futuro de la economía nacional toda.
5. Marca España. El Sol es un recurso autóctono. Y, según Feníe, su aprovechamiento puede mejorar la Marca País. La situación geográfica y el clima de España son envidiables en muchos aspectos (millones de turistas lo saben y buscan nuestros horizontes año tras año). Pues bien, el desarrollo del autoconsumo –explican desde Feníe- reforzaría nuestra imagen de País del Sol.
6. Eficiencia. El autoconsumo contribuye a incrementar la eficiencia y los ahorros por menores pérdidas en el transporte y distribución de energía eléctrica. La mayoría de los autores estiman que 10 de cada 100 kilovatios hora generados se pierden por el camino. El autoconsumo evita esas pérdidas y, en todo caso, reduce la necesidad de nuevas infraestructuras de transporte.
7. Menos costes extrapeninsulares. Producir un kilovatio hora en Canarias o Baleares cuesta mucho más que hacerlo en la península (por motivos técnicos y logísticos, entre otros). Para evitar que el precio de la electricidad sea prohibitivo allí, el Gobierno estableció unas ayudas (que salen de la factura y/o los Presupuestos Generales del Estado). Pues bien, según Feníe, “si se impulsase decididamente el autoconsumo en las Islas, los costes extrapeninsulares bajarían”, porque generar un kilovatio hora en Canarias con una placa solar es más barato que hacerlo con fuelóil (aproximadamente el 60% de la electricidad que consume Canarias es generado en centrales térmicas que queman fuelóil).
8. El autoconsumo promueve ciudades más sostenibles y eficientes energéticamente. Porque si autogeneras en el tejado y autoconsumes en la cocina estás evitando la necesidad de importar recursos de allende tus paredes. La concentración de la población en las ciudades es un proceso que comenzó hace décadas y que parece absolutamente imparable. Las ciudades se han convertido en el primer sumidero de energía y en el primer emisor de residuos. “Sostenibilizar” la ciudad es uno de los grandes retos a los que se enfrenta hoy la humanidad y el autoconsumo es una solución "en tiempo y forma", porque es económico, inmediato y está llamado a ser una de las claves de la lucha contra el cambio climático.
9. El autoconsumo ayuda a cumplir los acuerdos internacionales, porque evita emisiones de gases de efecto invernadero. Más autoconsumo significa menos hueco térmico en el sistema (menor necesidad de que funcionen las centrales térmicas más contaminantes: las que queman carbón, fuelóil, gasóil o gas). Y menos malos humos en el aire equivalen a más probabilidades de que España pueda atender a sus compromisos internacionales de carácter ambiental (la generación de energía es la principal fuente de emisiones en España).
10. El autoconsumo hace partícipe al ciudadano en la gestión energética de sus instalaciones. Cuanto más cerca de nosotros tenemos las cosas, más conscientes somos de su significado y de su valor. El último paquete legislativo europeo –Clean Energy for All- anima a la ciudadanía a participar activamente en la escena energética. El Paquete Energía Limpia define a los consumidores como "agentes activos y centrales en los mercados de la energía del futuro". Para que alcancen ese estatus, la Comisión Europea promete un aumento de la transparencia y la mejora de la legislación. Gracias a ambas, "la sociedad civil -explica la CE- tendrá más oportunidades de participar activamente en el sistema energético y de responder a las señales de precios".