Los datos que ofrece el informe vaticinan que a partir del año próximo se iniciará un período que supondrá un crecimiento medio del mercado solar del 48% en el período 2007-2012. Según el informe de Sarasin la fecha crucial será el año 2020 con la instalación de 125 GW de nuevos sistemas fotovoltaicos, con un crecimiento medio del 28% entre 2012 y 2020.
El estudio presta especial atención a las tecnologías de capa fina, que requieren menos materia prima para la producción y alrededor de las cuales puede crearse nuevos mercados. El banco Sarasin estima que en 2012 la capa fina alcanzará una cuota de mercado del 23% frente al 12% actual. Otro de los motores para el desarrollo de la industria solar serán los mercados de Oriente Medio y África del norte, donde confluyen condiciones óptimas para la producción de electricidad mediante fuentes solares.
En opinión de Matthias Fawer, analista de sostenibilidad del Banco Sarasin & Co, los grandes invernaderos que utilizan el agua del mar para los cultivos podrían beneficiarse de la creación de centrales fotovoltaicas para suministrar alimentos, agua dulce y energía limpia en los desiertos.
En este contexto se puede mencionar el proyecto Sahara Forest ideado por el arquitecto Michael Pawlin, el ingeniero Bill Watts y el inventor Charlie Paton, que pretende convertir el desierto en un lugar capaz de producir agua potable, alimento y electricidad. Para ello se disponen de dos herramientas fundamentales los invernaderos de agua marina y la tecnología solar de concentración (CSP). Los espejos del CSP son los encargados de concentrar los rayos solares para producir electricidad y calor. Los invernaderos marinos, por su parte, imitarían el ciclo hidrológico natural. El agua de mar se evapora a través de las rejillas exteriores del invernadero, creando las condiciones de humedad para el crecimiento del cultivo. Posteriormente, se condensa como agua destilada.
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