Los inversores de Impact Africa I -informan desde la Fundación- son instituciones públicas y privadas interesadas en invertir a largo plazo en infraestructuras con impacto directo en la vida de las personas. Según EKI, todos los inversores en la operación percibirán un interés que será costeado por la Fundación. Esta -la Fundación- invertirá 500.000 euros en cuatro años con los demás inversores, y, además, 750.000 euros, a lo largo de 20 años, para cubrir el coste del interés de la inversión total. La instalación de los equipos se completará en 3 años tras invertirse 4 millones de euros. El cuarto año, los inversores desembolsarán los 1,2 millones de euros adicionales para constituir un fondo de reserva para financiar los repuestos y recambios de baterías que necesiten las plantas. Las instalaciones se pagarán por los beneficiarios a lo largo de los próximos veinte años sin intereses.
El EVE invertirá en esta herramienta de financiación a lo largo de los próximos cuatro años 300.000 euros en total, una iniciativa más que se enmarca en la Agenda Euskadi Basque Country 2030, con incidencia directa en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7 (ODS#7), que lleva por denominación Energía limpia y asequible para todos; en el ODS#3, “Salud y bienestar”; el ODS#4, “Educación de calidad”, y en el ODS#17, “Alianzas para lograr los objetivos”.
José Galíndez, presidente de Fundación EKI (en la foto, a la derecha): “hasta ahora, nuestros proyectos han tenido como destino la mejora de las instalaciones de misiones religiosas y ONGs, que hacen una labor impagable en el África Sub-sahariana. Con el nuevo plan pretendemos atender también a administraciones nacionales y regionales en sus esfuerzos por dar unos servicios educativos y sanitarios en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”
Iñigo Ansola, director general de EVE (a la izquierda): “esta iniciativa forma parte de nuestra política de acompañamiento a las iniciativas empresariales energéticas que se desarrollan en Euskadi y que son tractoras de empleo e industria y más aún cuando se trata de proyectos que significan acercar el recurso de la energía a una parte del mundo que carece de posibilidades de acceso a la electricidad. La participación del EVE ayudará a alcanzar el objetivo universal de democratizar la energía”
Fundación EKI se constituyó en 2017 y desde entonces ha desarrollado un modelo innovador para suministrar y financiar plantas solares fotovoltaicas en escuelas y centros de salud en África. Se han puesto en marcha 21 instalaciones en países como la República Democrática del Congo, Sierra Leona, Malawi, Tanzania, Camerún, Gambia, Uganda, Cabo Verde y Sudán del Sur.
EKI explica su propuesta
Lo innovador del modelo de Fundación EKI es que las instalaciones no se donan, se financian. De esta manera los beneficiarios valoran lo que reciben, lo cuidan como propio, y a su vez contribuyen a nuevas instalaciones con sus aportaciones. Los beneficiarios devuelven el importe de la inversión a lo largo de 20 años, sin intereses. Además, todas las instalaciones son monitorizadas vía internet desde la sede de EKI en Getxo. En el África Sub-sahariana hay más de 600 millones de personas que viven sin suministro eléctrico.