El grupo investigador destaca en un comunicado que la célula que han desarrollado tiene una eficiencia de conversión energética del 10%, la mayor lograda hasta ahora en este tipo de células solares ultra-flexibles. Los científicos explican que estas células "están atrayendo la atención en los últimos años como recurso para fabricar sensores y dispositivos electrónicos (...), pero es difícil conseguir tanto una eficiencia suficiente como una resistencia al calor" que evite su degradación.
Esto es lo que han logrado. El equipo investigador ha creado un polímero que reduce un 20% el deterioro de la célula en condiciones atmosféricas tras 80 días, por lo que consideran que su hallazgo "contribuirá enormemente al futuro desarrollo de dispositivos inteligentes". La lámina podría usarse, por ejemplo, para cargar dispositivos móviles u otras tecnologías portátiles sin la necesidad de usar una batería externa, o colocarse en tiendas de campaña para suministrar electricidad al aire libre durante desastres naturales.
Aunque las células solares ya cuentan con aplicaciones para determinados dispositivos eléctricos, aún se deterioran rápidamente al exponerlas al agua o al oxígeno, por lo que los investigadores nipones tratan ahora de mejorar aún más su resistencia y tener listo un prototipo de uso general para principio de la década de 2020.
La investigación, de la que informa Madri+d, ha sido publicada esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).