El informe plantea que -en números- se trata de hasta 2 GW afectados en el desarrollo de proyectos ya planteados para este año.
De acuerdo con uno de los autores, el jefe de investigación solar en Wood Mackenzie Ravi Manghani, "en el peor de los casos, en el que todos los pasos de la cadena de suministro y el desarrollo del proyecto se detienen por completo durante varias semanas, eso podría afectar a más de 5 GWdc del mercado de servicios públicos de Estados Unidos durante la segunda mitad de este año y tal vez en 2021".
En esta circunstancia, cuatro son las fuentes de riesgo que participan en el aspecto referidos a los módulos fotovoltaicos: la posible parada de la producción en el sudeste asiático; el cierre de la producción nacional estadounidense; los retrasos en los envíos internacionales y logísticos; y la escasez de materiales para fabricarlos.
En tanto, los proyectos fotovoltaicos en Estados Unidos en sí mismos corren con el riego de sufrir a cuenta del posible cierre de los puertos y aeropuertos del país, de los retrasos en el suministro de los productos, de la imposibilidad de circulación de personas y con ello la consiguiente falta de acreditación de cumplimiento de fases y, por último, la parada total del proyecto ante el riesgo de infección de covid-19 en el sitio de emplazamiento.
Se destaca que no entra en el espectro de riesgos de este análisis la variable financiera, algo esperable a mediano plazo en el panorama general.
Sí se destacan las posiciones que pueden verse menos perjudicadas ante la situación general: la de aquellos desarrolladores fotovoltaicos que tengan cadenas de suministros geográficamente diversas, y otros de escala media con proyectos en etapa muy temprana o casi terminada; todo esto siempre y cuando, se asegura, las interrupciones provocadas por la pandemia de covid-19 disminuyan hacia el final del tercer trimestre de este año.