La planta se situará a cinco kilómetros de María Elena, en la región de Antofagasta y tendrá una capacidad instalada de 480 MW, aportada 860.000 paneles solares repartidos en 435 hectáreas, lo que equivale a 370 campos de fútbol. Estará conectada mediante una línea de transmisión de 9,6 kilómetros al Sistema Sistema Eléctrico Nacional, en la subestación Miraje.
Según estimaciones de la empresa, la construcción durará más de un año y creará 750 empleos directos. Desde Generadora Metropolitana añaden que CEME1 se diferenciaría de otros proyectos fotovoltaicos por varios beneficios medioambientales. Uno de ellos es que, según afirma la compañía, será más eficiente en el uso del suelo, lo que conducirá a una mayor potencia por hectárea. Además, su consumo hídrico será entre un 89% y un 90% menor gracias a la robotización de los procesos de limpieza de sus paneles.
Otro aspecto importante es que está considerando dotarla en un futuro de un sistema de almacenamiento de energía por medio de baterías.
En 2021 Generadora Metropolitana logró una financiación de 980 millones de dólares para la construcción de la macroplanta, aportada por bancos nacionales e internacionales, y para reconvertir a gas natural su Central Los Vientos, en Valparaíso, alimentada hasta entonces por diésel.
“Nuestro compromiso está en avanzar en conjunto con las metas de descarbonización de Chile y el mundo, y ser un actor relevante en el desafiante proceso de transición energética hacia la descarbonización”, dijo a través de un comunicado recogido por la prensa chilena Alfonso Ardizzoni, gerente general de Generadora Metropolitana. “Es por eso que estar construyendo la planta solar más grande de Chile es un motivo de orgullo para cada uno de los que han sido parte en este proyecto”, añadió.