Esta colosal instalación, dotada con una inversión de unos 1.390 millones de dólares, evitará el uso de unas de 680.000 toneladas de carbón y reducirá las emisiones de dióxido de carbono en 1,77 millones de toneladas al año, un avance en materia renovable que acelerará la transformación verde del país para alinearse con sus objetivos de neutralidad de carbono fijados para 2060.
Una vez esté terminado este proyecto, que será conectado a la red estatal en septiembre de 2024 y se espera que su capacidad total esté operativa en 2025, se convertirá en la instalación solar fotovoltaica flotante más grande de China, con una superficie de, aproximadamente, 18,68 kilómetros cuadrados. El parque fotovoltaico marino está formado por dos secciones: el área que corresponde a los propios paneles desplegados en el mar, donde se generará la energía solar, y parte instalada en tierra, hacia donde fluirá la electricidad generada en el mar través de un puente corredor aéreo que transmitirá la energía a una subestación elevadora en tierra antes de ser integrada en la red estatal después del ajuste de voltaje.
Durante su período de funcionamiento, estimado en 25 años, el parque generará un promedio anual de 2.230 millones de kilovatios hora (kW/h) de electricidad, una producción suficiente para cubrir las necesidades energéticas de unas 230.000 personas. Además, este parque solar flotante irá acompañado de un proyecto de almacenamiento de energía en tierra con una capacidad de 0,4 GW/h, el cual se encuentra en fase final de construcción y estará operativo a finales del mes de junio.
Según explicó a Global Times Lin Boqiang, director del Centro Chino de Investigación de Economía Energética de la Universidad de Xiamen, la principal ventaja del proyecto reside en su proximidad al mercado donde la demanda de electricidad es significativa, ya que "dado que las zonas costeras del sureste se encuentran entre las regiones de más rápido desarrollo de China con una alta demanda de electricidad, el potencial para los parques fotovoltaicos flotantes es sustancial".
El experto lamentó la "persistente dependencia del carbón" del gigante asiático, algo que se debe a "la insuficiente contribución de las renovables", aunque señaló que "la energía solar y eólica combinadas ahora representan el 15 por ciento de la generación energética del país". Según la Asociación de la Industria Fotovoltaica de China, la capacidad fotovoltaica instalada en el país alcanzó los 216,88 gigavatios en 2023, un aumento interanual del 148,1 por ciento.