El gobierno de Ucrania pretende devolver la vida a la zona de exclusión de Chernóbill con una medida llena de simbolismo: convertir en bastión de desarrollo de energía limpia el lugar en donde, en 1986, ocurrió uno de los mayores desastres mundiales relacionados con la energía nuclear y cuyas dramáticas consecuencias afectaron a un área con casi 5 millones de habitantes. Al momento de la explosión murieron 31 personas por niveles de exposición letal, si bien la cifra total de muertes es desconocida, pues la radiación provocó el desarrollo de cánceres y otras enfermedades, incluso durante varias décadas después del evento.
La instalación de la planta solar comenzará en 2017 y traerá no solo beneficios medioambientales. También permitirá recuperar infraestructuras y ayudar a la economía local. En palabras del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Ucrania, Ostap Semerak, “se trata de un terreno barato y de abundante recurso solar, lo que constituye una sólida base para el proyecto. Además, la infraestructura eléctrica ya existe y está lista para la reutilización”.
“Al renovar el área dañada con energía renovable y limpia, habrá notables beneficios sociales y económicos que ayudarán a reconstruir la zona para la gente local", ha comentado por su parte el presidente de GCL-SI, Shu Hua. Esta compañía, que es filial del grupo multinacional de energía GCL, realizará las tareas de consultoría y planificación y proporcionará la tecnología fotovoltaica, mientras que China National Complete Engineering Corporation (CMCEC) será el contratista general del proyecto. Se baraja la entrada en el consorcio de una tercera compañía china.
Shu Hua considera, asimismo, que la realización de este proyecto contribuirá a los planes de expansión del grupo, que produce el 29% de obleas de silicio que se utilizan en el sector de la energía solar en el mundo.