Cuando en junio del año pasado aleo solar AG anunciaba el cierre de la fábrica española de Santa María de Palautordera lo achacaba a la moratoria aprobada por el gobierno seis meses antes. Pero a la matriz de la división fotovoltaica no le salían las cuentas y daba ya los pasos que le han llevado hoy a anunciar el cese de la fabricación de lingotes, obleas, células y módulos a principios de 2014.
La intención de la empresa es vender todo lo posible de la división solar, como la planta de módulos de Vénissieux (Francia). Y acaban también los planes para construir una fábrica en Malaysia. Bosh planea vender sus participaciones en aleo solar AG, mientras que la planta de CISTech en Brandemburgo, Alemania, continuará su funcionamiento como hasta ahora, como un centro de desarrollo tecnológico de capa fina.
En los últimos años Bosch Solar ha tratado sin éxito de alcanzar una posición competitiva. Debido a la sobrecapacidad de producción global, que ha llegado a ser enorme, casi toda la industria está sufriendo fuertes pérdidas. Stefan Hartung, presidente de Bosch Solar Energy AG resume así la situación: “A pesar de las medidas para reducir los costes de fabricación en los últimos años, éramos incapaces de compensar la caída de precios, de hasta el 40%”.
En enero de 2013 Bosch anunció que las pérdidas de la división solar llegaron a los 1.000 millones de euros el pasado año. Bosch Solar emplea a 3.000 personas, 850 de las cuales trabajan en aleo solar AG y 150 en CISTech.
“En los últimos meses Bosch ha examinado exhaustivamente todos los aspecto de su negocio solar. Hemos considerado los últimos avances tecnológicos, el potencial de reducción de costes y la línea estratégica. Y hemos estado también hablando con potenciales socios. Sin embargo, ninguna de estas posibilidades se ha convertido en solución para que la división solar fuera sostenible a largo plazo. Lo lamentamos profundamente”, afirma Volkmar Denner, presidente del consejo de administración de Bosch.