El estudio revela que las pequeñas plantas fotovoltaicas –inferiores o iguales a 100 kW- contribuyeron con casi 2.200 millones de euros al PIB nacional durante el año 2021, lo que les permitió, además, mantener alrededor de 20.000 puestos de trabajo.
Estas instalaciones se reparten a lo largo del territorio nacional, concentrándose casi la mitad de la potencia instalada en municipios del “Reto Demográfico”, caracterizados por una economía agraria, con menor renta y mayor desempleo. Por otra parte, teniendo en cuenta los impuestos soportados y recaudados tanto de forma directa, como indirecta e inducida, los pequeños productores han contribuido a la recaudación de alrededor de 530 millones de euros de ingresos para la Hacienda Pública y la Seguridad Social.
Esenciales para dinamizar la economía
Anpier considera que es preciso dinamizar la instalación de autoconsumos y comunidades energéticas; pero sin olvidarnos de que el grueso del suministro energético, y por tanto de los ingresos que produce el sol, será aportado por la red general de distribución y transporte y, en este sentido, es esencial que en ello puedan participar los pequeños proyectos sociales, reservando al menos, un 20% de los proyectos previstos para alcanzar la potencia fijada en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima). La asociación señala, asimismo, que fomentando las instalaciones de menos de 5 MW obtenemos ventajas técnicas, territoriales, medioambientales, paisajísticas, económicas y geopolíticas.
“Socializar una pequeña parte de la generación contribuye a dinamizar nuestra economía y nuestras comarcas”, señalan desde Anpier, pero puntualizan que “el primer problema y más acuciante del sector es la ausencia de puntos de evacuación, un nudo que habría de resolverse con urgencia porque impide el acceso a proyectos de pequeño y mediano tamaño, que son los accesibles a pymes y ciudadanos”.
El gran papel de los pequeños productores
En el acto de presentación, el presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, ha recordado que la energía eléctrica siempre ha tenido un precio más contenido en el mercado mayorista gracias a la penetración de las renovables, en un orden de magnitud que compensa los apoyos que estas tecnologías perciben.
“Las horas de fuerte entrada de eólica y fotovoltaica desploman en muchas ocasiones los precios de la electricidad, en beneficio de los consumidores, las industria y la competitividad de nuestro país; nada de esto hubiera llegado a este punto -desde el que se seguirá alcanzando cada mes ahorros mayores- sin los primeros productores, que fueron llamados por el Estado español a iniciar este proceso”, ha puntualizado.
“La fotovoltaica es ese gran regalo que nos va a permitir seguir contando con la energía necesaria para mantener y avanzar en prosperidad sin destrozar nuestra casa común; pero el camino para madurar esta forma de producir energía ha sido largo y duro, y en este país fue realizado por 65.000 familias valientes que destinaron sus ahorros e hipotecaron sus casas en una inversión ética, cuyos frutos están ahora siendo disfrutados por la sociedad”, dijo Martínez-Aroca.
Por ello, considera que “no habrá transición energética justa si no se reconoce esta labor y se compensa a este colectivo por los draconianos recortes retroactivos que han soportado. Es bochornoso ver como los tribunales arbitrales internacionales exigen al Estado español que repare el daño causado a los inversores foráneos, mientras que no hay avance para los nacionales, a pesar de ser un compromiso de este Gobierno, plasmado en el propio Programa de Gobierno PSOE-UP”
Alargar la vida de las plantas
El sistema de Feed-in-Tariff (FIT) para instalaciones fotovoltaicas del RD 661/2007, junto con la campaña del IDAE «El Sol puede ser suyo», supuso el despegue de la tecnología en España. Nuestro país ha recortado de forma drástica la retribución fijada en el RD 661/2007 a la tecnología fotovoltaica, ocasionando un daño inesperado y profundo a 65.000 familias, mientras que los fondos de inversión que demandan al Estado español por este mismo recorte se verán resarcidos, por la evidencia de su injustica ante los ojos de la justicia internacional.
Este informe también recuerda, con detalle, que otros países, como España, recorrieron el necesario camino de impulsar la renovable e hicieron ajustes en las retribuciones; pero no con carácter retroactivo ni, en tal caso, en la misma magnitud, y estableciendo siempre excepción para los pequeños productores.
Anpier considera que una fórmula que podría compensar a los productores fotovoltaicos para recuperar una pequeña parte de las pérdidas, o por el daño soportado, sería la extensión de la vida útil regulatoria de las plantas fotovoltaicas, “una opción muy asequible y muy diferida en el tiempo, tal y como se aprecia en este informe, y que otorgaría una justicia similar para los nacionales a la que están alcanzando los inversores foráneos, al tiempo que repararía la injusticia que no han sufrido el resto de pequeños productores europeos, que si fueron realmente protegidos de cualquier tipo de ajuste retroactivo”, concluye el presidente de la asociación solar.
* Energías Renovables dedica un amplio reportaje en la revista de este mes de febrero (ER218) a este informe de Anpier. Próximamente será publicado tambien en la web.