Parece claro que los que no mandamos somos los ciudadanos de a pie, aunque supongo que, como en muchos países de nuestro planeta, nosotros elegimos a los políticos que luego establecen las leyes y regulaciones que, al final, vienen a favorecer al “capital”, la respuesta es complicada.
El celebérrimo Trump, por ejemplo, acaba de ser elegido y no ha tardado ni una semana en dar vía libre a “opciones energéticas” que claramente benefician a grupos de poder (ricos e influyentes) y perjudican, o al menos ponen en riesgo, al patrimonio medioambiental de su país. E indirectamente al resto de la Tierra. Pero por el momento no pasa nada, ni creo que pase.
Esta situación coincide en un momento en el que lo que está pasando con el clima y las previsiones acerca de lo que va a pasar en los polos, da miedo. Pero el dinero es el dinero y lo importante para los grandes lobbies mundiales de la energía es asegurarse beneficios rápidos y sustanciosos. Y el que venga atrás que arree.
No voy a comentar lo de las subidas en España y las tonterías y falsedades que se pueden llegar a escuchar y leer, porque eso ya lo harán otros. Lo que me parece más triste es que algunos representantes de sectores de EERR estén olvidando premisas que nos sirvieron para ayudar a establecer las políticas que sirvieron de base para el desarrollo de la tecnología, llegando a convertirlas en competitivas.
En Electrificación Rural en Países en Vías de Desarrollo, el modelo de generación descentralizado ha ayudado a facilitar el acceso a la energía a millones de personas, pero además, ha atraído a grandes compañías y tecnólogos. Y este modelo ha empezado a implantarse poco a poco en los países desarrollados. Pero, de nuevo, el interés de beneficio a corto plazo vuelve a poner en riesgo la recuperación industrial que tan necesaria es para nuestro país y en el resto de Europa. ¿Por qué? Pues porque hay muchas empresas, supuestamente identificadas como de EERR, aunque básicamente son empresas financieras que, por ejemplo, quieren impedir que se mantenga el control anti dumping a las empresas chinas en Europa. La manifiestamente ilegal política comercial de las empresas chinas arrasó a la mayor parte de la industria europea, que ahora podría empezar a recuperarse. Pero a algunos “compañeros” del sector lo que les importa es comprar barato, aunque conozcan las razones de la baratura.
Las empresas chinas han recibido (que se sepa) préstamos de 63.000 M€ desde 2010 del Banco Chino de Desarrollo y deben otros 21.000M€. Y no olvidemos que la fabricación en China genera el doble de emisiones de CO2 que en Europa. Algunas empresas españolas y europeas recibieron préstamos y subvenciones que fueron duramente criticadas. Y murieron. Las dejamos morir defendiendo la transparencia y la legalidad. No así las administraciones chinas y su sólidamente “ayudado” sector, que ha contratado a una conocida Agencia de Lobbies británica, a la que ya lleva pagados 60 M€, para influir en el levantamiento del más que justificado control actual.
En 2016 se habrán instalado otros 73GW de FV en el mundo. Eso está muy bien, pero en Europa pensemos en un modelo de desarrollo de las EERR que proporcione un mayor beneficio industrial y social.
¿Quién decidirá?
