Como he venido contando los últimos meses, poco a poco se está creando el marco
adecuado para el desarrollo de la electrificación descentralizada a gran escala en los
países en vías de desarrollo. Bajo mi punto de vista es algo que va a tardar aún unos meses en comenzar a adquirir un ritmo importante pero, sobre todo, va a estar bastante concentrado, cosa que no es nueva, al amparo de iniciativas nacionales en las que se combinen los esfuerzos de los organismos multilaterales y bancos de Desarrollo con la iniciativa privada y el apoyo de gobiernos de países desarrollados, a través de sus entidades de cooperación Internacional y, por supuesto, sus entidades de financiación y el apoyo a sus industrias.
No es muy nuevo lo que voy a decir, pero donde siempre han hecho esto de maravilla y ya hace mucho que comenzaron a trabajar este área de negocio es Alemania. Siempre Alemania. Pero es que lo hacen muy bien, y eso se traduce en el riesgo (para las empresas no alemanas) de que casi monopolicen el mercado. Sus instituciones se mueven entre lo público y lo privado de una forma un tanto sibilina, que se traduce en infinidad de recursos que, beneficiando a la gente que gracias a ellos van a conseguir acceso a la energía, beneficia muchísimo a sus empresas y profesionales.
Y la pregunta que he hecho públicamente y vuelvo a hacer: ¿Por qué no intentamos copiar este sistema en España? Es obvio que la forma en que los políticos funcionan en Alemania es mucho mejor que en nuestro país. Allí tienen muy claro que trabajan al servicio de la sociedad y de sus empresas e industrias, y tienen establecidos mecanismos de comunicación y actuación que les hace muy operativos.
En España tenemos instituciones públicas que aunque no son tan proactivas, creo que podrían ayudar bastante pero, con mucho pesar, mi opinión es que el problema viene de la falta de iniciativa de las empresas. No de las grandes empresas, estas manejan muy bien los entresijos de la Administración y la saben poner muy bien a su servicio. A veces incluso excesivamente.
Pero este no es el caso de las pequeñas y medianas empresas de EERR. En Alemania, de hecho, existe una división en la BSW que agrupa a las que se dedican específicamente al negocio de la electrificación. Y cada vez va tomando más relevancia.
En España hay muchas empresas que tendrían grandes oportunidades si fuéramos capaces de crear instrumentos y planes conjuntos. Sin embargo, aquí nos hemos jactado de ser muy individualistas, como si eso fuera algo positivo, cuando no es si no una gran debilidad para el conjunto de la industria.
En junio asistí a una conferencia en Por tugal, en la que se mostró el esfuerzo que está haciendo este país para hacer algo parecido a lo de los alemanes centrando el esfuerzo en los países en vías de desarrollo de habla portuguesa. Un gran mercado, en definitiva, que quieren atacar y defender con uñas y dientes. Concretamente su nueva asociación ALER está centrada en la energía y lo está haciendo bastante bien. Otro ejemplo a seguir.
Entiendo que para muchas empresas la pelea sigue en el terreno del autoconsumo en España. Y hay que seguir luchando, pero ¿no es bueno abrir nuevas y atractivas posibilidades de negocio?
