Las buenas intenciones y los planes más o menos ambiguos de los que se han venido hablando en los últimos años empiezan a materializarse. Me refiero a las inversiones que desde las instituciones internacionales se están programando para sacar a muchos países africanos, asiáticos y latinoamericanos de la miseria energética como paso fundamental para promover un desarrollo social y económico estable.
La iniciativa de Naciones Unidas SE4ALL, es decir “Sustainable Energy for All”, es un ambicioso programa “paraguas” que tiene como objetivo acabar con la falta de electrificación que ahora sufren mas de mil trescientos millones de personas en nuestro planeta en 2030. No pretendo en estas líneas explicar las mil ramificaciones y organismos que participan activamente en este conjunto de proyectos. Hay sobrada información en internet disponible para quienes tengan interés en conocerlo (www.sustainableenergyforall.org) , pero es impresionante la lista de personalidades y organismos que están involucrado con acciones y planes que ya se van materializando y que en los próximos siete años van a ir tomando una dimensión hasta ahora inédita.
Al frente de este grupo “multistakeholder” se encuentran Kandeh Yumkella, hasta hace unos meses director general de UNIDO. y Charles Holliday, director del Banco de América, encabezando un numeroso grupo de representantes de países y de las más importantes instituciones internacionales.
Lo más importante es que el dinero empieza a estar disponible. En las próximas semanas se conocerá el resultado de importantes licitaciones lanzadas desde Comisión Europea para unas primeras actividades en África pero ya se está empezando a fraguar un plan desde la DG DEVCO (la Dirección de la Comisión Europea para Desarrollo y Cooperación) en el que se van a invertir mil millones de euros hasta 2020.
Hace unos días tuve una reunión en Bruselas con Christopher Jones, el Jefe del Cabinete de la DG DEVCO, y sus palabras y explicaciones no dejan lugar a dudas. Ese dinero está disponible y se va a invertir en los próximos siete años para, entre otros objetivos, electrificar las zonas aisladas de África. Y ya no estamos hablando de proyectos basados en sistemas individuales aislados como los “Solar Home Systems”. El concepto de mini redes está evolucionando muy rápidamente y ya está, como base tecnológica para la electrificación, en todos los planes internacionales y en la mayoría de los países en vías de desarrollo. No como un parche mientras llega la red, sino como una solución definitiva. Con dimensiones que hace poco no podíamos ni imaginar.
A este brillante escenario ha contribuido de forma definitiva la evolución tecnológica de todos los elementos y, por supuesto, la impresionante bajada de los costes de las fuentes renovables, que se traduce en unos costes de generación competitivos con los de las fuentes convencionales.
En esos territorios no tenemos que pelear con compañías eléctricas sobredimensionadas y monopolizadoras. Hay espacio para todos y un gran mercado a desarrollar. Las empresas españolas tienen mucho que aportar y mucho que ganar. Algunas ya lo están haciendo. Traslademos nuestro campo de batalla donde no hay enemigos o al menos no son tan innobles. No es fácil, pero es posible.