Supongo que los muy bien informados lectores conocerán las conclusiones de la edición del Global Status Report 2016 del REN21 (cuya lectura recomiendo), pero en mayo comenté que hablaría del tema y, una vez pasado el parón veraniego, me permito insistir y resaltar los datos y hechos más llamativos con la esperanza de que le lleguen a algunos miembros de nuestro gobierno nacional y otras administraciones.
Alguno, seguramente, se mostrará muy sorprendido al conocer algunos hechos, que lo son, a pesar de la escasa contribución de España en los últimos años. Pero es importante trasladar esta realidad a los medios de comunicación general, tan a menudo manipulados y poco atentos a fuentes de información globales.
Las adiciones de capacidad eléctrica instalada de energía renovable marcaron un nuevo record en 2016, con 161 GW añadidos, lo cual aumentó el total mundial en casi 9% en comparación con el 2015. Hoy en día, el mundo añade más capacidad de energía renovable al año que la capacidad neta que añade para todos los combustibles fósiles combinados.
El precio de la electricidad proveniente de la energía solar FV y eólica está cayendo vertiginosamente. Se han ganado licitaciones en Oriente Medio y Latinoamérica por debajo de los $0,03 dólares kWh.
2016 fue el tercer año consecutivo en el que las emisiones mundiales de CO2 provenientes de combustibles fósiles y de la industria se mantuvieron estables a pesar del crecimiento del 3% de la economía mundial y de una demanda energética mayor. Sin embargo en España seguimos quemando carbón como si hiciera falta. (Para los bolsillos de algunos sí).
Se ha comprobado la falsedad del mito de que la energía nuclear y fósil son necesarias para proporcionar el abasto de una carga base cuando el sol o el viento no son suficientemente intensos. En 2016, Dinamarca y Alemania lograron manejar con éxito picos de 140% y 86,3%, respectivamente, de generación de electricidad a partir de fuentes renovables.
Ha habido un aumento importante en las ciudades, estados, naciones y grandes corporaciones que se están comprometiendo a contar con objetivos en materia de energía 100% renovable. 48 gobiernos nacionales se comprometieron en Marrakech siguiendo el ejemplo de Alemania.
Un cambio de paradigma está en marcha en los países en vías de desarrollo. El engorroso proceso de proporcionar acceso a la energía a través de la extensión de la red eléctrica se está volviendo obsoleto, pues existen modelos de negocios y nuevas tecnologías que facilitan el desarrollo de mercados de sistemas aislados.
La noción de que la energía renovable es algo que sólo pueden costear los países ricos no es válida. Precisamente porque ya es más barata. Los sistemas de almacenamiento cada vez se integran más a los proyectos de gran escala de las compañías de servicios públicos y, al mismo tiempo, están siendo utilizados en los hogares con el fin de almacenar la electricidad generada en los sistemas solares FV ubicados en los tejados.
Pues eso, a ver si tomamos nota y en España nos decidimos a subirnos a este tren tan necesario para ralentizar al máximo el cambio climático y, de paso, generar empleo y abaratar la factura energética.
Y, por favor, ¡dejemos de quemar carbón! www.ren21.com