Nuestro famoso ministro Nadal se opone al cierre de las centrales de carbón que, muy acertadamente, Iberdrola quiere cerrar. Una insensatez. Las razones que esgrime el político son de índole económico, argumentando que ese hipotético cierre provocaría un aumento de los costes de la electricidad. Eso no es verdad, pero supongamos que lo fuera. ¿Es consciente este señor de lo que está provocando en España el cambio climático que ha generado la concentración sin precedentes, al menos en el último medio millón de años, de gases de efecto invernadero?
¿Qué coste tiene esto para nuestro país? Afortunadamente en 2004, la inesperada victoria del Partido Socialista impidió que se realizase el absurdo y megalómano trasvase del Ebro. Por favor, miren las hemerotecas para comprobar hasta qué punto esa obra habría sido una costosísima catástrofe para España. Otra insensatez. Ese desastre se evitó por suerte, pero el descontrol en el crecimiento del sistema eléctrico español, nacido a finales del siglo pasado para apostar a muerte por el gas, lo seguimos pagando todos los españoles. ¿Para qué quiere el señor Nadal las centrales de gas? ¿Para tenerlas casi paradas? ¿Otra insensatez?
El gas ni era ni es una única solución, pero indudablemente, como nos vendieron, es menos malo que el carbón. Me gustaría saber a qué intereses reales responde esta actitud retrógrada e insensata, y espero vivir para saberlo. Al final casi todo se sabe.
Lo que es inaceptable es la falta de responsabilidad política y social en los días en los que se celebra la cumbre del clima en Bonn y que tan necesitada está de alguna buena noticia. Desde luego, no va a venir desde España. No sé dónde está el sentimiento patriótico de este gobierno insensible y negador de la evidencia. Reconozco que me ha producido una gran satisfacción conocer esta iniciativa de Iberdrola, una empresa admirable, pero que en el tema de renovables ha tenido luces y sombras. El PP y sus representantes deberán pagar sus errores históricos en esta materia, primos de Rajoy aparte. Otro insensato. Pero lo malo es que ya lo estamos pagando muy severamente todos los españoles y lo peor está por venir. Desgraciadamente más pronto que tarde.
Ahora recuerdo las agresivas críticas y descaradas burlas al gobierno socialista por la construcción de las desaladoras (opción controvertida pero a todas luces más sensata que el trasvase). Pues gracias a eso, aunque tenga un coste mayor que el agua de lluvia, tienen agua en Levante. ¿Qué nos va a dejar la insensata “política” energética y climática del gobierno actual? Posiblemente ni bosques en su/nuestra amada Galicia, señor Rajoy.
Y, por cierto, señor Nadal. ¿Sabe usted cuál es la tecnología más instalada en el planeta en los dos últimos años para generar electricidad? La solar fotovoltaica. Y ¿por qué? Porque es la más barata en países con alta radiación solar, como en España. No digo que sea la única solución, pero empecemos por cerrar TODAS las plantas de carbón. No son necesarias. Llueva o no. Sea sensato.
En EEUU 400 millonarios han pedido a Trump que no baje los impuestos. Aquí las compañías eléctricas quieren renunciar a beneficios cortoplacistas por su sentido de la responsabilidad respecto al clima. Gente sensata.