Para los españoles que hemos trabajado en la industria fotovoltaica es muy difícil no sentir una gran tristeza por lo que ha pasado en nuestro país con muchas –demasiadas– empresas que invirtieron mucho para ayudar a desarrollar un mercado que iba a ser mucho más que un simple mercado de instalaciones fotovoltaicas. Pero no voy a repetir la historia que todos conocemos.
Sobre lo que si que me gustaría llamar la atención es sobre el hecho de que el sector ha ido modificando sus demandas y expectativas desde los inicios del modelo “feed in tariff”, que fue necesario pero que como bien sabemos creó una visión muy negativa de la tecnología, injustamente asociada a una forma de especulación financiera, a la del puro autoconsumo, pasando por el balance neto.
Es decir, hemos pasado de solicitar un incentivo a la producción a no pedir más que una regulación que permita que los ciudadanos y empresas se beneficien de unos costes de generación mas bajos que la tarifa eléctrica. Pero no quieren. El Gobierno sigue acumulando retrasos y seguimos en un limbo legal que impide estructurar y relanzar el sector. Pero la explicación es sencilla: si en el último año hemos producido más electricidad con carbón que con gas y gracias a las abundantes lluvias la producción hidroeléctrica ha sido incluso superior a la del ciclo combinado (aportando extraordinarios beneficios a la eléctricas), ¿cómo van a permitir que el sobredimensionado sistema se vea amenazado, perjudicando aún más a los propietarios de las plantas de ciclo combinado y carbón?
Pues a lo que voy. La tecnología fotovoltaica, no sólo las células y módulos, también toda las industrias anejas que han evolucionado con ella, muestran a nivel global una enorme capacidad de desarrollo que nos van a permitir mas pronto que tarde dar el gran paso: la desconexión.
En Intersolar se han mostrado soluciones tecnológicas aplicables a países mucho menos restrictivos que el nuestro, que permiten un nivel de autoconsumo elevadísimo y competitivo frente a las tarifas eléctricas. Y eso con niveles de irradiación muy inferiores a los nuestros. Algo en lo que hace muy poco tiempo ni siquiera podíamos pensar.
No olvidemos que a pesar de una cierta percepción de fracaso que tenemos en España, las instalaciones fotovoltaicas han seguido creciendo en el mundo y las expectativas para 2013 son crecer casi un 20% respecto a 2012. Esta tendencia, por muchas dificultades que quieran poner las eléctricas, va a seguir, y vamos a poder acceder a sistemas que nos permitirán desarrollar un mercado libre e independiente. Ni el gobierno ni las poderosas compañías eléctricas lo van a poder impedir.
Lamentablemente muchas empresas habrán caído y muchos empleos se habrán perdido pero la capacidad tecnológica española, también a pesar de las políticas restrictivas en cuanto a la investigación, da muestras de talento y creatividad suficientes como para podernos sentir optimistas.
Podría dar muchos ejemplos, pero me llamó la atención en Munich una empresa murciana, Soltec, con amplia presencia internacional, que ha desarrollado un ingenioso sistema de seguimiento integrado para un solo módulo. Sin duda un producto con futuro en la imparable solución del autoconsumo.
No van a poder con nosotros.