No voy a extenderme en algunos datos que ya conocéis y, sobre todo, porque me reservo para comentarlos cuando salga el nuevo Global Status Report de REN21, pero si que quiero resaltar, un año más, el imparable crecimiento de la energía fotovoltaica: ¡75 GW!. De ellos, casi la mitad en China, que ya llega a más de 78 acumulados, Japón ya acumula 42,8GW, y medalla de bronce Alemania, que a pesar de su progresiva (y lógica) bajada tiene instalados 41,2 GW.
Lo curioso es que China, que por otra parte ha “ayudado” tanto a su industria fotovoltaica que casi ha acabado con su competencia extranjera, no limita sus esfuerzos a esta tecnología, y se haya inmersa en una carrera hacia un modelo absolutamente contrario al que le ha llevado a convertirse en el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta. Ahora su apuesta es enorme hacia las renovables y el transporte eléctrico.
Muy conscientes del impacto del cambio climático, pretende darle la vuelta a la situación, dándose cuenta no solo de las ventajas medioambientales si no de las industriales y económicas. ¿Os suena? Así, la marca de automóviles del Partido, Hongqui (Bandera Roja), fabrica un coche que tiene como referencia a Tesla, y espera que en 2020 se vendan dos millones de coches eléctricos en China. BYD, otra marca china, ha contratado a Leonardo di Caprio, el famoso actor comprometido en la lucha contra el cambio climático, para ligarle a su marca, anunciando que pretenden, ellos solitos, bajar un grado sobre lo que se nos avecina.
Mientras tanto, el presidente de la primera potencia mundial, acaba de anunciar que va a “modificar” el compromiso de su país respecto al Acuerdo de París del año pasado. Quien nos iba a decir que, aparte de Europa, por no decir Alemania, nuestro futuro “climático” dependa ahora de la contundencia de China. Lo curioso es que las mentiras de Donald Trump, como casi todas las mentiras usadas en política, apenas pasan factura, sobre todo cuando salen del poder. En España tenemos un sinfín de ejemplos de declaraciones a todas luces falsas, que se lanzan sin ningún pudor y ahí quedan. Da igual que luego se les pidan explicaciones o que se les rebata, como a nuestro ministro de energía, Álvaro Nadal, que suelta cifras absurdas para justificar posturas en contra del autoconsumo y se queda tan pancho, por mucho que brame el sector. Otro buen ejemplo, y este es muy llamativo en su conjugación: “No es descabellado decir que la luz podría subir un 25% sin las nucleares” es cosecha del señor Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear Española.
¡Hombre! Se entiende que defienda cada uno a quien le da de comer (en el ministro no se explica uno tan claramente el tema), pero lo que parecería éticamente aceptable es que no se falte a la verdad con expresiones tan “rajoianas”. De poco vale, que en el mismo periódico, el mismo día, y en la página anterior, Jorge Fabra, ex presidente de REE, explique claramente el porqué de esa soberana falsedad.
Y ahí queda. Y muchos ciudadanos, por mucha basura y corrupción que estemos viendo, se quedan con la “verdades” aunque sean mentiras, de gentes tan serias como un ministro. Aún así, yo prefiero no mentir. Claro que yo no soy ministro, ni lo seré.