Este caluroso verano ha dado mucho que hablar por si mismo, de sus altas temperaturas, del fallo de los meteorólogos franceses, de las navegaciones por el Ártico y qué loco está el clima. Tampoco han faltado temas de conversación relacionados con el espectáculo que nos han venido proporcionando nuestros dirigentes políticos, pero me temo que de ahí hemos acabado exhaustos y hastiados.
La economía, el paro y demás temas recurrentes no han faltado en las tertulias nocturnas que los que hemos tenido la suerte de pasar algunos días en la costa levantina nos hacían más llevadero el mencionado calor. Y mejor con un buen refresco a mano.
Me ha resultado curioso que en todo el verano ni yo sacara algún tema que estuviera relacionado con las renovables, aunque desgraciadamente buenas excusas habían para ello. Hasta la última cena.
– Ernesto –me dice mi amigo Arturo, pequeño superviviente empresario madrileño al que conozco desde tiempos del colegio– me ha pedido mi amiga Clara que te pregunte que si funciona eso de la energía solar. Se está empezando a hacer una casa aquí cerca de Denia y le están diciendo que es tirar el dinero y que además es muy complicado. Pero no es así ¿no?
Interviene Carlos, un ingeniero de Caminos de unos sesenta años que está últimamente trabajando en proyectos hidráulicos en Latinoamérica: Bueeeno! Lo que pasa es que además, ahora el gobierno (o las eléctricas, no sé) te hacen pagar por generar tu propia energía, con lo que no salen los números ni a martillazos.
Y yo pregunto: ¿Me estas hablando de solar térmica o de fotovoltaica o de qué? Pues creo que es para calentar el agua y para la calefacción. Eso es con fotovoltaica ¿no? Juan, un licenciado en Ciencias Físicas, también amigo desde hace muchos años comenta: No hombre! Para lo del agua es la térmica pero no vale para la calefacción. ¡A mi me gusta mucho la geotérmica!
Intervine Manuel: A mi me parece que todo eso son chorradas que no valen para nada y que para lo único que han servido es para que se forren unos cuantos. Claro que ahora se lo han cargado todo y lo estamos pagando todos con mas subidas en la luz.
Tuve la tentación de intentar “darles la charla” pero en cuanto abrí la boca para de decir: en realidad…. Bueno pues me cortaron y a otra cosa. ¿Qué tal estará pasando la noche el Bárcenas en la Sierra? Seguro que menos calor que aquí! Jajaja.
Epilogo: Desde luego esta claro que hemos fallado en la comunicación. Ya se que un caso tan particular no se puede extrapolar, pero creo que hemos fallado en nuestra comunicación con la sociedad y eso también lo estamos pagando. La verdad es que me sentí bastante frustrado y, por que no decirlo, culpable por no haber conseguido influir positivamente, ni en mi entorno mas cercano, sobre las energías renovables. ¿Tendremos una segunda oportunidad?