Este año, como casi todos, suele empezar con una sopa de cifras que encanta a los políticos y a casi todos los actores de esta sociedad tan evaluada, monitorizada y analizada, para bien y para mal. Dejamos el 2015 con la muy esperada cita de la COP 21 de París. No me extenderé en dar mi interpretación del resultado porque he escuchado y leído opiniones para todos los gustos y confieso que cada día me resulta más contradictoria la mía propia. Quizás esto ya sea en si mismo una forma de interpretarlo.
El hecho es que los compromisos para reducir las emisiones existen, pero me temo que la forma del compromiso no es suficiente. En enero, en la cita anual de Abu Dhabi, algunas cifras que ha barajado IRENA, que como todos los años celebró su Asamblea Anual, llevaban a una cier ta preocupación: Lo comprometido en París por 196 gobiernos no bastará para evitar, no ya los “aspiracionales” 1,5 grados, ni los 2, si no que, según Christiana Figueres, la jefa de Clima de la ONU, se llegará a 2,7. Pero me temo que ni ella ni nadie del I PCC tiene ni la más remota idea de cuando será eso.
Por lo pronto la NASA ya ha confirmado 2015 como el más caluroso de la historia con un incremento de 0,13 grados celsius por encima del anterior récord de 2014. ¿Preocupante? En 2015 las inversiones en “Energías Limpias” han ascendido a 329 billones de dólares, pero en la última semana de enero, Ban Kimoon “urge” a los líderes mundiales a doblar esta inversión y clama por llegar en 2020 a los 600 billones. En la muy pesimista cumbre de Davos ya expresó esta necesidad mientras 750 expertos anunciaban que la mayor amenaza para la economía mundial es una potencial catástrofe climática. ¿Preocupante?
Desde luego las cifras con los que la economía global ha comenzado el año no han hecho más que poner de manifiesto que las cosas, en general, no van muy bien. Será por el bajo precio del petróleo, ¿Alguien lo entiende? o por el ¿”bajo” crecimiento de China?
En el origen antropogénico del cambio climático, las emisiones en la producción energética son sólo una parte del problema y hay muchos otros frentes a los que atender. En este contexto, me ha llamado mucho la atención el estreno de un controvertido documental en el canal de televisión Movistar-Canal Plus en el mes de diciembre: 10 Billion. Aunque no estoy de acuerdo con algunas de las afirmaciones que se hacen, creo que merece la pena verlo. Es Preocupante.
Mientras tanto, en España, aparte de la peculiar situación política, los hechos son contumaces: en 2015 se ha recuperado algo el consumo eléctrico (no tengo datos de energía total), creciendo un 1.9%. Y, ¡toma castaña!: la tecnología estrella en generación es el carbón, que ha crecido un 21,9 %, aumentando casi un 25% las emisiones de CO2. ¡Olé! Y eso que Rajoy ya ha renegado de su primo. Sugiero echarle un vistazo al avance 2015 de REE. Muy preocupante.