erika martínez

Menos ruido, por favor

0
Menos ruido, por favor

Tenía que llegar y llegó. A finales de 2024 llegó a un pequeño pueblo de Álava de cuyo nombre prefiero no acordarme (por eso de que es mi lugar de residencia) una consulta para la construcción de dos aerogeneradores de cinco megavatios a poco más de un kilómetro del núcleo residencial.

Y digo que tenía que llegar porque desde hace ya un tiempo no hay semana que no se reciban solicitudes de este tipo por todo el territorio.

El revuelo no se hizo esperar. A pesar de haber tenido la capacidad de rechazar varios huertos solares proyectados en suelo agrícola, esta vez todo hace pensar que la decisión no estará en nuestras manos.

Desde que tuvimos las primeras noticias y la primera reunión con la promotora, han pasado unos meses. Las primeras reacciones fueron desde el rechazo más absoluto hasta la resignación. Lo bueno es que hemos podido bajar un poco los decibelios de ruido y las conversaciones han sido más constructivas y reflexivas. Cuando hablo de ruido me refiero a todo lo que rodea y que afecta a cómo vemos nuestra realidad y la toma de decisiones.

Por supuesto, sigue gran parte del rechazo, pero he escuchado a vecinas hablar de consumir menos, de estudiar realmente las necesidades energéticas, expresar su miedo, preocupaciones y frustraciones de manera ordenada. Y entre tanta conversación, la pregunta era inevitable: ¿y tú, que piensas?

No tengo una respuesta clara; o no todo lo contundente que tal vez algunos quisieran escuchar. Porque, además de ser vecina, soy parte de un proyecto que intenta crear una alternativa real para el consumo energético de como mínimo sus 18.000 socias y soy consciente de la complejidad que esto conlleva.

Admito que fui a la reunión con la promotora igual de escéptica que el resto de vecinas. Afectada y condicionada como la que más; dispuesta a ponerle una enorme X al proyecto e intentar poner en algún que otro apuro al comercial. Y, aunque todavía es pronto y queda proceso por delante, tengo que decir que la reunión no fue como esperaba. Lo que me dio que pensar. Y aquí sigo, pensando.

Lo primero que he hecho ha sido reflexionar sobre el ruido a mi alrededor para saber qué es lo que originaba mis primeras reacciones. ¿Qué es lo que me inquieta: el qué, el cómo, el quién lo propone? En este contexto, muchos pensarían que el ruido proviene de las protestas y las manifestaciones. Pero el ruido va mucho más allá. Una gran fuente de ruido son las avalanchas de proyectos, muchos de ellos mal concebidos y poco realistas, las imposiciones sin espacio para el diálogo, la falta de información clara y precisa, y, por supuesto, la desconfianza generalizada hacia los promotores de estas iniciativas.

También una sensación latente de injusticia; esa idea de que los sacrificios o esfuerzos siempre provienen de un lado, mientras que los beneficios siguen siendo acumulados por los mismos de siempre. Ante todo esto, cualquier proyecto se presenta ya con una lógica carga negativa.

Es fácil decir “no” cuando el promotor de un proyecto tiene una reputación dudosa, cuando el impacto ambiental y social es evidente, o cuando el proyecto en sí mismo no tiene sentido. Las líneas rojas parecen claras y, en muchos casos, la respuesta debe ser un rotundo rechazo. Sin embargo, la cuestión no es tan simple cuando se trata de proyectos que, aunque complejos y desafiantes, tienen potencial.

Es aquí cuando el proceso de construcción exige escucha, debates y reflexiones sinceras y posiblemente incómodas. El presente y, sobre todo, el futuro, nos obligan a dejar de externalizar los efectos de nuestro modelo de sociedad; a asumir y exigir responsabilidades.

Además de abrir espacios para proyectos tan transformadores como las comunidades energéticas y para hablar sobre conceptos tan necesarios como el decrecimiento, hay que adentrarse en zonas más grises como lo es un modelo de generación de energía realista en un contexto de policrisis.

Este artículo está incluido en la edición de marzo de nuestra revista en papel (ER239) que puedes descargar gratis aquí

Añadir un comentario
Baterías con premio en la gran feria europea del almacenamiento de energía
El jurado de la feria ees (la gran feria europea de las baterías y los sistemas acumuladores de energía) ya ha seleccionado los productos y soluciones innovadoras que aspiran, como finalistas, al gran premio ees 2021. Independientemente de cuál o cuáles sean las candidaturas ganadoras, la sola inclusión en este exquisito grupo VIP constituye todo un éxito para las empresas. A continuación, los diez finalistas 2021 de los ees Award (ees es una de las cuatro ferias que integran el gran evento anual europeo del sector de la energía, The smarter E).