La Comisión Europea tiene desde hace meses sobre la mesa un asunto clave: la reforma del mercado eléctrico (de las normas que lo regulan). La reforma ha sido solicitada por varios actores nacionales (España, por ejemplo) para luchar contra la crisis energético-económica desencadenada por la guerra de Ucrania. El caso es que España envió hace unos días a Bruselas su propuesta de reforma del mercado eléctrico, que postula además como apropiada para impulsar la inversión en energías renovables, una inversión que es necesaria para abordar la transición energética desde nuestro actual estado de dependencia de combustibles fósiles alóctonos (gas, petróleo) al futurible horizonte de la independencia energética, que se lograría con fuentes de energía autóctonas, como el viento o el Sol. WindEurope sin embargo considera la propuesta española demasiado focalizada en el fomento de los contratos por diferencias para las tecnologías inframarginales (tanto actuales como futuros activos de generación de electricidad).
La asociación patronal eólica europea reconoce que los contratos por diferencias han probado ser eficientes a la hora de restar riesgo a la inversión eólica, pero considera absolutamente "crítico" que estos no se constituyan en la única fórmula de impulso a la inversión en energías renovables.
"Hay un creciente apetito entre las grandes corporaciones empresariales por procurarse electricidad directamente desde los productores de energías renovables", apuntan desde WindEurope. La asociación recuerda en ese sentido que, en el año 2022, 6.600 megavatios de potencia renovable han sido vinculados a contratos bilaterales de largo plazo (Power Purchase Agreements, PPAs). Lo que viene a proponer WindEurope con ese apunte es una panoplia de soluciones de fomento de la inversión en renovables: "la reforma del diseño del mercado de la electricidad debe aprovechar plenamente el potencial de los PPAs corporativos y otras formas de contratación a largo plazo, como los CxD privados, en lugar de desplazarlos centrándose exclusivamente en los CxD controlados por el Gobierno".
WindEurope plantea en definitiva una visión más liberal de lo que debe ser el futurible mercado eléctrico europeo: "la actual crisis energética está poniendo a prueba a Europa. Pero esto no significa que veinte años de esfuerzos hacia una buena integración del mercado eléctrico interior deban frenarse ahora. Además de facilitar los contratos a largo plazo (Contratos x Diferencias, y PPAs renovables corporativos), la reforma del diseño del mercado -opina la gran patronal eólica- debe dejar espacio para la innovación y las inversiones impulsadas por la dinámica del mercado. Esto es indispensable -concluye su comunicado- para desbloquear la inversión en el volumen necesario para materializar nuestros objetivos climáticos y de seguridad energética".