El pasado mes de junio los tres actores clave de la legislación europea -el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeos- dieron luz verde por fin, tras años de trabajo, a la Directiva de Energías Renovables, una norma que ha situado en el 32% el Objetivo UE 2030 de cuota renovable, es decir, que apuesta porque, en esa fecha, al menos el 32% de la energía que consuma la Unión proceda de fuentes renovables, ergo autóctonas, de energía. Durante el largo período de negociaciones habidas entre Consejo, Comisión y Parlamento, la entidad que más ambición ha mostrado siempre ha sido el Parlamento, que propuso que esa cuota se elevase hasta el 35. La apuesta del Consejo y la Comisión era el 27%. La Comisión es el gobierno de la Unión Europea; el Consejo está integrado por los jefes de estado o de gobierno de los estados miembro; y el Europarlamento es el único órgano de la Unión Europea elegido por sufragio directo (el próximo 26 de mayo, precisamente, 373 millones de europeos tendrán la oportunidad de elegir a los 751 eurodiputados que lo integran). Las directivas son fruto de la negociación a tres bandas de estos tres actores.
Y WindEurope tiene claro cuál de los tres es el más sensible al calentamiento global y a la lucha contra el cambio climático, que pasa, fundamentalmente, por impulsar el despliegue de nueva potencia renovable que sustituya al carbón, al petróleo y al gas natural (a los combustibles fósiles) como fuente de energía principal en la Unión. "Fue el Parlamento Europeo -recordaba ayer en su comunicado WindEurope- el que luchó porque el Objetivo Renovable 2030 de la UE fuera el 32%, mientras que la Comisión y los estados membro inicialmente solo querían el 27". Fue también el Parlamento Europeo -añade WindEurope en esa nota- el que el año pasado "presionó para incrementar la financiación europea en materia de energías renovables y de investigación y desarrollo", y ha sido el Europarlamento -concluye la asociación- el organismo que ha asegurado la implementación de medidas que son clave para que los mercados de la electricidad estén listos para encajar el enorme crecimiento de la aportación renovable que se espera.
WindEurope alerta por otro lado sobre la llegada a la Eurocámara de nuevos partidos que están "menos comprometidos" aún en la lucha contra el cambio climático. Frente al discurso "escéptico en materia de energías renovables" de esas nuevas formaciones políticas, WindEurope recuerda en su comunicado los muchos beneficios económicos que acarrean las energías limpias: "electricidad más barata, reducción de las importaciones de productos energéticos, ergo mayor independencia energética; crecimiento económico y de empleo en lo local; y beneficios diversos para las comunidades locales". En ese contexto de enfrentamiento de dos discursos antagónicos, la asociación de la industria eólica europea alerta: "estos partidos prosperan cuando la participación electoral es baja, por lo que estas elecciones europeas son cruciales". Así las cosas, WindEurope ha lanzado una campaña, dirigida a las 300.000 personas que trabajan en este sector en Europa, con el lema «Para que haya más renovables, vota en las elecciones al Parlamento Europeo».
El objetivo de la campaña es alentar la participación de los votantes para garantizar que Europa siga en el camino correcto en términos de su ambición climática
Giles Dickson, presidente ejecutivo de WindEurope: "estas elecciones son cruciales para las renovables. El actual Parlamento Europeo luchó con ambición y logró el Objetivo del 32%. Materializar ese objetivo significa que la eólica será la primera fuente de electricidad en Europa en el año 2017. Pero el crecimiento de las renovables puede ser truncado. Si hay una baja participación en las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran a finales de este mes, los partidos que son más escépticos en materia de renovables podrían llegar a convertirse en una fuerza muy influyente en los próximos cinco años. Más aún: podrían socavar todo el progreso que ha logrado hasta ahora Europa. Es por ello por lo que queremos animar a todo el mundo a salir de casa y votar. Los 300.000 hombres y mujeres que trabajan en el sector eólico en Europa pueden marcar la diferencia".