La capacidad eólica total instalada en todo el mundo alcanzó a finales de 2018 los seiscientos gigavatios (600 GW), según las estimaciones preliminares de la World Wind Energy Association (WWEA). 53,9 de esos gigavatios fueron instalados durante los doce meses del año pasado (52,552 GW en 2017). Según WWEA, el parque eólico global ya es capaz de atender el 6% de la demanda mundial de electricidad. Pero, más allá de los datos específicos, la Asociación señala las tendencias ("nuevas dinámicas", dice). Para empezar, la más explícita afecta al mercado europeo, que WWEA califica como declinante, "con la mayoría de los estados mostrando desarrollos débiles, incluidos Alemania, España, Francia e Italia". Simultáneamente, aparecen nuevos yacimientos eólicos en otras naciones o se robustecen los mercados ultraeuropeos ya consolidados, como Brasil, China, India, "muchos otros mercados asiáticos y así mismo algunos mercados africanos".
El mercado eólico nacional más robusto es, sin discusión, el chino, que instaló el año pasado 25.900 megavatios de nueva potencia, convirtiéndose en el primero en superar los doscientos gigas de potencia eólica instalada (200 GW). China retoma así la senda del dinamismo que en cierta medida había perdido en 2017, cuando "solo" instaló 19 gigavatios. El gran gigante de la Asia continental cuenta así, a día de hoy, con 221 gigavatios de potencia eólica instalados.
El segundo mayor mercado del mundo es el estadounidense, que ha experimentado un sólido crecimiento en 2018. Según los datos de la Asociación, Estados Unidos ha añadido a su parque eólico nacional 7,6 gigavatios en los últimos doce meses, cantidad considerablemente superior a los 6,7 que puso en marcha en 2017. El crecimiento se ha producido -apuntan desde WWEA- a pesar del efecto Trump, que se ha materializado de dos maneras: caída de la ambición gubernamental en materia de lucha contra el cambio climático; y rebaja de la ambición en objetivos renovables.
Sin embargo –matizan desde la asociación eólica-, el efecto Trump está siendo paliado por dos motivos: los números intrínsecos del sector, que continúa abaratando costes y ganando competitividad, y el apoyo exógeno, que la eólica está recibiendo en los Estados Unidos desde los niveles estatal y municipal. Así, WWEA estima que los Estados Unidos muy pronto superarán los cien mil megavatios de potencia instalada (ahora mismo cuentan con 96.000). El Consejo Global de la Energía Eólica estima que el sector emplea en Estados Unidos y Canadá a más de 160.000 personas.
Más allá de los dos grandes
Tras China y los Estados Unidos, se sitúa Alemania, que añadió a su parque eólico nacional el año pasado 3.100 megavatios de nueva potencia, situándose en los 59.000 acumulados. A continuación desfilan Reino Unido (2.900; 20.700); India (2.100 instalados el año pasado; 35.000 acumulados); Brasil (1.700; 14.500); y Francia (1.500; 15.300). Todos esos mercados experimentaron crecimientos sustanciales durante el ejercicio 2018 (en algunos casos, muy superiores a los que registraron un año antes; en otros casos, considerablemente inferiores).
El Consejo Global de la Energía Eólica (Global Wind Energy Council, GWEC) también ha publicado ya algunas de sus primeras estimaciones (su balance anual lo presentará oficialmente el próximo 3 de abril). De momento, en todo caso, aporta algunos datos. Según GWEC, la potencia eólica instalada sobre tierra firme creció el año pasado un 9%, mientras que la puesta en marcha mar adentro lo hizo veinte puntos (o sea, que, a finales de 2018, había un 20% más de potencia eólica marina que a finales de 2017). Ahí, en el mar, el Consejo vislumbra buena parte del negocio eólico del futuro. Según sus estimaciones, en Asia, la eólica marina podría llegar a instalar hasta 5.000 megavatios al año si los gobiernos mantienen sus compromisos y continúa el ritmo de inversión. En Estados Unidos, GWEC prevé 1.000 megas en el mar para el bienio 2022-2023.
Grosso modo, los números provisionales de GWEC son así (eólica terrestre 2018 y eólica marina 2018 sumadas): 24.900 megas en Asia-Pacífico; 13.500 en Europa; 11.900 en las Américas (un 12% más que el año anterior); y 962 en África y Oriente Medio (trescientos megavatios más que en 2017). En tierra se instalaron 46,8 gigavatios; 4,49 en el mar, lo que sitúa el parque global marino en los 23 gigas. Por cierto: por primera vez, China instaló más potencia en el agua (1,8 GW) que ninguna otra nación del mundo. Es más: según los informes que maneja el Global Wind Energy Council, el frenesí eólico va a durar en la región al menos durante los próximos cinco años. GWEC estima que durante el quinquenio 2019-2023, Asia-Pacífico añadirá a su parque eólico terrestre otros 145.000 megavatios, lo que llevará a la región a superar ese año los cuatrocientos gigas de potencia en tierra.
La asociación europea de la industria eólica, WindEurope, celebra este año su gran cita 2019 en Bilbao, donde está previsto se reúnan, a partir del próximo 2 de abril, 8.000 profesionales y más de 300 expositores de 50 países (Energías Renovables también estará allí). El evento tendrá lugar en el Bilbao Exhibition Center, donde habrá lugar para las conferencias, mesas redondas y debates sobre la hoja de ruta de la eólica europea, los desafíos de la integración, la transición justa y el futuro de la eólica flotante, entre otros muchos asuntos. WindEurope 2019, Conference & Exhibition.