Según un comunicado del presidente de Vestas, Bert Nordberg, recogido por Bloomberg, el objetivo de este acuerdo es explorar cómo se pueden utilizar las baterías de Tesla para almacenar el exceso de energía generada por las turbinas eólicas y así optimizar la producción de los parques.
"A través de varios proyectos, Vestas está investigando diferentes tecnologías de almacenamiento de energía junto con empresas especializadas, incluía Tesla, para explorar y probar cómo las turbinas eólicas y el almacenamiento de energía pueden trabajar juntas en soluciones energéticas sostenibles que pueden reducir el costo de la energía", destacó Nordberg.
Esta estrategia de Vestas en realidad no es nueva: la compañía danesa lleva investigando el almacenamiento desde 2012, año en que puso en marcha el proyecto de Lem-Kaer, en Dinamarca. Pero ahora está tomando cada vez más cuerpo, desde que en abril pasado recibiera el respaldo definitivo de su Junta de Accionistas.
Tampoco se trata de algo nuevo para Tesla. Aunque sus baterías se asocian generalmente con el almacenamiento en coches eléctricos y de la energía solar, pueden almacenar la energía generada con cualquier otra renovable.
De hecho, Tesla firmó recientemente un contrato para almacenar la energía producida por el parque eólico de Hornsdale, en Australia del Sur. Y poco después lo hizo con Deepwater Wind, líder dell desarrollo eólico offshore en Estados Unidos, que proyecta un parque marino de 144 megavatios en aguas de Massachusetts que irá equipado con un pionero sistema de almacenamiento de energía en baterías de Tesla, de 40 MWh.