El cierre de la factoría de Taranto forma parte, según el fabricante danés, del ajuste global de "capacidad de producción" que está ejecutando a cabo la compañía. Según el jefe de operaciones de Vestas Taranto, Jean-Marc Lechêne, "lamentamos tener que cerrar la factoría de Taranto; sin embargo, ajustar la organización de la producción global a las condiciones del mercado es necesario para mantener la competitividad de Vestas". La empresa nórdica explica en la nota de prensa que ha difundido sobre el particular que aligerar su estructura es parte clave del relanzamiento de la compañía, que debe adaptarse a la ralentización que ha experimentado el mercado eólico en 2013 y al previsible menor crecimiento que está previsto "para los próximos años". En Taranto, los afectados por el cierre son 120 trabajadores.