Vestas tiene como principal línea de negocio el desarrollo, fabricación, venta y mantenimiento de tecnología eólica, y vincula el cierre a las nuevas tendencias de producción a nivel global -con China e India ganando cada vez más protagonismo- y a la desaceleración de la demanda de aerogeneradores a nivel europeo por el crecimiento de la energía solar, según recogen diversos medios.
"La reciente evolución del mercado ha visto una disminución de la demanda de la turbina eólica de 2 MW en Europa, mientras que la demanda de la turbina de 4 MW en la región puede satisfacerse con una menor capacidad que la que actualmente proporcionan las fábricas de nacelles en Europa", señaló el grupo danés en un comunicado recogido por EFE.
La Junta de Castilla y León y el Gobierno se oponen al cierre de esta factoría, que ha recibido millonarias ayudas de la Administración española, y critican la "deslealtad" del grupo ante esta maniobra y su falta de voluntad de diálogo. Ambas administraciones se ha reunido con representares del comité de empresa de la planta y han acordado solicitar con "urgencia" una reunión con el consejo de administración de la multinacional en Dinamarca, para ver "qué parámetros se pueden ofrecer para mantener la actividad de la planta", según declaraciones de la ministra de Industria, Reyes Maroto.
También estudian la posibilidad de llevar la decisión de la multinacional danesa ante el Parlamento Europeo.
En este sentido, la consejera de Economía y Hacienda de la Junta, Pilar del Olmo, ha explicado que "Vestas es una empresa europea que presume de muchas cosas, también de la responsabilidad social y de cuidar a sus trabajadores, tiene beneficios y les importa su imagen", por lo que sería necesario que en Europa, "donde también tiene importantes centros de producción", conozcan su forma de actuar en España.
La consejera de Economía de la Junta ha acusado, además, a la sociedad danesa de haberse aprovechado de los programas de ayudas públicas anunciando el cierre cuando ya el Ejecutivo no tiene margen para exigir el reembolso. "Lo tenían todo muy bien calculado [...] Está claro que las multinacionales no tienen cara ni ojos", criticó en declaraciones recogidas por Europa Press.
Los trabajadores, por su parte, han instalado un campamento permanente frente la fábrica como señal de protesta. Los empleados llevan casi dos meses sin cobrar según publica Efe. "Hay pesimismo sobre la continuidad de la planta, pero también hay mucho espíritu de lucha, buen ambiente y esperanzas tras involucrar a las distintas administraciones en el conflicto", ha explicado el miembro del comité de empresa Pablo Martínez.
El anuncio del cierre de la fábrica de Vestas –el segundo fabricante de aerogeneradores en España– se produce siete meses después de que Siemens-Gamesa, otro de los gigantes mundiales de la eólica, anunciara que cerraba su planta de Miranda de Ebro (Burgos), alegando motivos parecidos a los expuestos por la empresa de Dinamarca.