Los consumidores están cada vez más interesados y son cada vez más conscientes de la manera en la que son fabricados los productos y servicios que consumen. Lo dice Vestas, que asegura que el consumidor, en todas partes, quiere -cada vez más- ser capaz de tomar decisiones informadas y quiere asimismo conocer con precisión qué tipo de energía ha sido empleada en la producción de ese bien que está adquiriendo. Y Japón no es una excepción, ni mucho menos. Antes al contrario: según Global Consumer Wind Study, que es uno de los informes que ha presentado esta semana Vestas en Tokio, el 64% de los japoneses que respondieron a la encuesta manifestó su preocupación porque considera que está "inadecuadamente informado" acerca de la energía que ha sido empleada en la fabricación de los bienes que consume. Al mismo tiempo, el 76% considera que es "una buena idea" subsidiar la energía eólica.
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El 79% de los encuestados manifestó que prefería las energías renovables a las convencionales: "esto podría estar conectado -explica Vestas en su informe- con el hecho de que el 70% de los encuestados cree que las energías renovables constituyen una buena solución al cambio climático y con el hecho de que el 85% está preocupado por la dependencia que sufre Japón de las importaciones de combustibles fósiles". En ese sentido, la multinacional danesa tiene claro el discurso: por una parte, los consumidores prefieren las marcas limpias -"el 73% de los encuestados tendría una percepción más positiva de una marca si su principal fuente de energía fuese la eólica"- y, por otra, las empresas tienen mucho que ganar: "una creciente proporción de energía renovable en los procesos de producción de las corporaciones neutraliza las fluctuaciones características de los precios de los combustibles fósiles y ayuda a reducir los costes de producción". El Global Consumer Wind Study ha sido elaborado a partir de 24.000 entrevistas a consumidores de una veintena de países.