La empresa de origen noruego y primer productor renovable de Europa, Statkraft, protagonizó el pasado ejercicio una de las operaciones de compra de activos renovables más relevantes del sector, y la de mayor importe de todo el ejercicio, al acordar la adquisición de Enerfín, filial dedicada a las energías renovables del grupo de origen vasco Elecnor. Este acuerdo fue anunciado el pasado mes de noviembre y todavía está pendiente de las autorizaciones habituales en este tipo de transacciones. La operación tiene un valor estimado de 1.800 millones de euros y situará a Statkraft en el Top10 eólico del mercado español, incrementando su capacidad instalada en 650 MW y otros 1.600 MW en cartera.
De esta manera, Statkraft sumará cerca de 1.200 megavatios (MW) de potencia instalada en proyectos eólicos y solares en operación y una cartera de más de 3 gigavatios (GW) en proyectos renovables en distintas fases de maduración. La producción conjunta de las plantas renovables de ambas compañías es suficiente para abastecer el consumo medio anual de cerca de medio millón de familias. Con esta estratégica operación, Statkraft refuerza su posición como el mayor productor renovable de Europa y también se consolida entre los tres primeros productores eólicos de Brasil, con 1.500 MW de capacidad instalada.
En España, la energética noruega reafirma a medio y largo plazo su compromiso y redobla su objetivo de ser uno de los principales agentes en la transformación del modelo energético. El encaje de las dos compañías es idóneo: sus carteras de proyectos en desarrollo y en operación se complementan, siendo cada una de ellas mayoritaria en tecnología solar –Statkraft– y eólica –Enerfín–. En concreto, Enerfín cuenta en la actualidad con seis parques eólicos en operación que suman una capacidad instalada de 410 MW y se reparten entre Navarra, Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana y Andalucía. Además, está construyendo dos parques eólicos, Ribera Navarra (Navarra) de 139,2 MW de capacidad, y Cernégula (Castilla y León) con 47 MW.
Statkraft, por su parte, opera diez plantas solares fotovoltaicas, ubicadas en Andalucía y Extremadura, que suman 755 MW de potencia instalada. Además, cuenta con una cartera en desarrollo de alrededor de 1.600 MW en proyectos solares y eólicos en distintas fases de maduración, ubicados en Euskadi, Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y la Región de Murcia. También avanza actualmente en la construcción en la planta solar de El Rancho, en Jerez de la Frontera, Cádiz. A los activos en desarrollo y operación, Statkraft incorpora las áreas de ingeniería y construcción, innovación, operación y mantenimiento y gestión de la energía, esta última centrada en mercados energéticos y contratos de compraventa de energía a medio y largo plazo (PPAs), un segmento en el que Statkraft es ya líder en la península ibérica. La unión de ambas empresas supone también la unificación de dos equipos de profesionales con gran conocimiento y experiencia en el sector. El equipo de Statkraft en España contará con 90 personas más, procedentes del equipo de Enerfín, con lo que alcanzará una plantilla de más de 250 profesionales.
Crecimiento sostenible basado en la innovación
Además de las instalaciones renovables en operación y los proyectos en desarrollo y construcción, ambas compañías comparten una apuesta por la innovación y el desarrollo tecnológico lo que supone una plataforma de crecimiento sostenible adicional al desarrollo de nuevos proyectos. En concreto, cuentan con un relevante potencial para desarrollar la repotenciación de activos, la hibridación de plantas, instalación de baterías o el impulso al hidrógeno renovable. En este sentido, destaca el proyecto de Enerfín para la puesta en marcha de una planta de hidrógeno verde en el puerto exterior de A Coruña, así como el primer proyecto de almacenamiento energético que desarrolla Statkraft en España. Este proyecto, que se hibrida en la planta solar fotovoltaica de Talayuela II, de 55 MWp y ubicada en la provincia de Cáceres, consiste en el desarrollo y puesta en marcha de un sistema de almacenamiento energético con baterías de 21,6 MW de potencia instalada y una capacidad de descarga de dos horas. Gracias a este innovador proyecto, la empresa podrá gestionar la energía de la planta con mayor eficiencia y fomentará la seguridad y garantía de suministro. Según el calendario previsto, estará operativo en 2025 y conlleva una inversión total de 14,5 millones de euros.
Almacenamiento, clave en la transición energética
El almacenamiento de energía es una de las tecnologías claves para lograr un mix energético 100% renovable. Los sistemas de almacenamiento, como el que proyecta Statkraft en su planta fotovoltaica de Talayuela II, permiten almacenar energía que será suministrada cuando la energía renovable no produce lo suficiente para cubrir la demanda, garantizando así la estabilidad de suministro y contribuyendo a paliar la volatilidad de precios del mercado eléctrico. Además, para el desarrollo de esta iniciativa, Statkraft ha recibido una ayuda de 2,5 millones de euros del Gobierno de España. Se trata de la primera convocatoria de ayudas para proyectos innovadores de almacenamiento energético hibridado con instalaciones de generación de energía renovable, otorgada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y en el marco de la movilización de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Statkraft desarrolla innovadores proyectos de baterías en otros países europeos donde está presente, además de impulsar los sistemas asociados a sus centrales hidroeléctricas de bombeo en los países nórdicos, donde es el principal generador hidroeléctrico. En Irlanda, destaca el proyecto de almacenamiento que construye en el Condado de Offaly y que será el primer sistema con capacidad de descarga de cuatro horas. Se encuentra junto al parque eólico Cushaling, de 55,8 MW de potencia instalada –actualmente en construcción– y está diseñado para suministrar 20 MW durante un máximo de cuatro horas. En Países Bajos, la empresa ha anunciado una alianza con la start–up tecnológica Aquabattery para desarrollar baterías de flujo fabricadas con agua salada. Gracias a esta tecnología, la energía puede almacenarse con sal de mesa y agua y cuenta con una duración superior a seis horas. La batería se carga con electricidad solar y eólica, convirtiendo la sal en dos soluciones químicas seguras (electrolitos) que pueden volver a convertirse en agua salada cuando vuelva a necesitarse energía verde.
