Los años top del sector han sido 2015, 2017 y 2014. Por ese orden. En 2015, la industria eólica global instaló casi 64.000 megavatios de potencia (64 gigavatios, GW). Dos años después, se plantó, en 2017, en los 60 gigas; y el año pasado, se quedó en los 52 (53 en 2014). El Consejo Global de la Energía Eólica (Global Wind Energy Council, GWEC) ya ha anunciado que presentará su Balance 2019 este mes, marzo (estamos esperando). Sea como fuere, es muy probable que el global de 2019 supere el registro precedente, el de 2018. Es más, si la previsión de Wood Mackenzie se materializa, podríamos estar ante uno de los tres mejores años de toda la historia de la eólica mundial. De momento sabemos que India ha añadido 2.100 megavatios de nueva potencia a su parque eólico nacional en los doce meses de 2019 (dato del Gobierno) y que Japón ha sumado a su cuenta 270 (dato también gubernamental). Todos los expertos coinciden además en señalar que en la región Asia-Pacífico habrá que sumar (a los datos de China, India y Japón) algunos centenares de megavatios más, fruto de la actividad constante que la eólica ha vivido a lo largo de los últimos meses en Taiwán, Australia, Pakistán, Corea del Sur, Vietnam, Tailandia… Pase lo que pase una vez hayamos cerrado balance, 2019 va a clausurar indefectiblemente un sexenio top. Porque, desde 2014, la industria ha instalado, todos los años, más de 50 gigavatios de nueva potencia.
Tiempo ha que Asia, con China a la cabeza (cabeza de dragón), superó al Viejo Continente en potencia instalada al año. Lo hizo a mediados de la década pasada y ahí se ha quedado, adherida al Top 1 continental desde entonces.
Europa sin embargo sigue marcando las tendencias
La danesa Vestas continúa siendo el mayor fabricante de aerogeneradores del mundo. Y Siemens Gamesa, la compañía germano española, se ha encaramado este año al segundo puesto del escalafón. Lo ha hecho gracias a la frenética actividad marina que la hispano alemana ha desplegado a lo largo de 2019. Tan frenética como que ella sola ha instalado casi tanta potencia mar adentro como todos los fabricantes chinos juntos.
Y ojo con el dato, porque los vientos del mar están llamados a señalar los nuevos horizontes de la tecnología (y del mercado) eólicos. Por mil motivos. Entre otros, de recurso: hay más viento mar adentro que en tierra firme, mucho más. Y el sector lo sabe, y por eso no cesa de inyectar I+D… Y por eso cada vez son más maduros los frutos que recoge.
Así, la distancia media de los parques marinos a la línea de costa no ha cesado de crecer a lo largo de los últimos diez años, empezando por Europa, cuna de la eólica marina. A saber: los parques eólicos marinos europeos distaban del litoral una media de poco más de diez kilómetros en 2010; 20 kilómetros de media en 2013; más de 30 kilómetros en 2016; 40 kilómetros en 2018; y 59, de media, en 2019.
Con las aguas ha sucedido lo mismo. Menos de 15 metros de profundidad media en 2011; más de 20 en 2015; y 33, de media, en 2019...
El tamaño promedio de las turbinas marinas también sigue creciendo. El de las instaladas el año pasado (tamaño medio) fue 7,8 megavatios (un mega más que en 2018). Y la tendencia va a seguir sin duda: el sector ha instalado ya una turbina de 12 MW (la más grande del mundo) en Rotterdam.
Los parques eólicos marinos también están creciendo. El tamaño promedio se ha duplicado en diez años. Así, si a principios de la década pasada, en 2010, era de 300 MW, ahora supera los 600. El más grande es Hornsea 1, en el Reino Unido: 1.200 MW, potencia superior a la de cualquier central nuclear española (la mayor es Cofrentes, en la Comunidad Valenciana, con 1.092 MW).
Ah, y aunque la distancia media a la costa registrada en 2019 ha sido, como se dijo, de 59 kilómetros, ya hay parques a más de 100 kilómetros de tierra firme.
Así las cosas, la industria eólica europea ha erigido en los doce meses de ese último ejercicio 10 nuevos parques eólicos marinos: 502 aerogeneradores en aguas territoriales de cinco naciones (Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Bélgica y Portugal). El Reino Unido continúa liderando la carrera eólica marina. El año pasado instaló casi la mitad de la nueva capacidad marina europea: 1.700 de los 3.600 megavatios de nueva potencia. En su estela, Alemania (1.100 megavatios), Dinamarca (374) y Bélgica (370).
Portugal completa el quinteto: ha instalado solo ocho megavatios (8 MW), pero son muy significativos, porque corresponden a un parque eólico marino flotante, y marcan tendencia. Europa cuenta ahora mismo con 22.072 MW de energía eólica marina (5.047 aerogeneradores distribuidos por las aguas territoriales de 12 países). Reino Unido y Alemania tienen las tres cuartas partes. Dinamarca, Bélgica y los Países Bajos se reparten prácticamente todo lo demás.
Las aguas territoriales de Europa acogen hoy más potencia eólica marina que ningunas otras. Marina fijada al lecho, y marina flotante. En realidad, de esta última solo hay ahora mismo 45 megavatios en todo el mundo (el 70% de los cuales se encuentra frente a costas europeas).
Pero la industria toda sabe que buena parte del futuro de la eólica pasa por ahí. A día de hoy, Francia, Reino Unido, Noruega y Portugal desarrollan proyectos flotantes. Francia, además, planea subastar un parque eólico flotante “a gran escala“ en 2021, mientras la industria sigue probando prototipos y conceptos con el objetivo de escalar demostradores y reducir costes, entre ellos, varios españoles: DemoSATH (de la vasca Saitec) que ha anunciado va a conectar a la costa vizcaína un aerogenerador de dos megas el año que viene, y PivotBuoy, otra solución flotante que se materializará en la instalación de un prototipo a finales de este año (2020) en aguas canarias.
WindEurope prevé un incremento significativo de la potencia flotante en este próximo trienio. La asociación ha registrado proyectos precomerciales en los próximos tres años -2020/21/22- por valor de 250 megavatios.
Y serán más, seguramente. Porque los costes de la energía eólica marina no cesan de disminuir.
Las subastas del año pasado, en el Reino Unido, Francia y los Países Bajos, ofrecieron precios para los consumidores en el rango de los 40-50 euros el megavatio hora, es decir, un precio inferior al que podría ofertar la nuclear o el gas de nueva construcción.
Y el horizonte parece despejado, habida cuenta de los síntomas de fortaleza que continúa manifestando el sector. WindEurope ha registrado en 2019 en el Viejo Continente decisiones de inversión por valor de 6.000 M€ y 1.400 MW. [Bajo estas líneas, detallada tabla sobre eólica marina europea].
Pero no solo son optimistas las perspectivas marinas en Europa. Más allá, los horizontes de la eólica offshore también son inmensos.
El pasado otoño la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó Offshore Wind Outlook (Panorama de la Eólica Marina) 2019, un informe que la AIE ha definido como "el más omnicomprensivo estudio global que sobre este sector se ha hecho hasta la fecha".
Para elaborar este informe, que forma parte del más amplio World Energy Outlook 2019, la AIE ha trabajado (1) con los últimos datos relativos a los desarrollos tecnológicos y de los mercados y (2) con análisis geoespaciales que han permitido cartografiar la velocidad del viento (el recurso) a lo largo de miles de kilómetros de costas de todo el mundo.
Y las dos conclusiones clave a las que ha llegado la AIE a la luz de todo ello son que (1) el mercado eólico marino ha crecido a razón de un 30% (anual) entre los años 2010 y 2018 y que (2) el parque eólico marino global puede multiplicar hasta por 15 su potencia en los próximos treinta años y atraer en ese lapso inversiones por valor de un billón (con b) de dólares.
Los motivos que están detrás de esta explosión del sector a escala global son varios, según la Agencia, pero, fundamentalmente, tres:
(1) la formidable caída de los costes que ha experimentado el sector a lo largo del último decenio;
(2) el apoyo que está recibiendo ya por parte de muchos gobiernos de todo el mundo (que ven la eólica marina como una buena parte de la solución a sus necesidades energéticas);y
(3) ciertos desarrollos tecnológicos disruptivos, que están llevando a este sector a alcanzar límites hasta hace muy poco tiempos impensables (y que ya hemos repasado): el tamaño de las máquinas no cesa de crecer, la distancia a la que son instaladas es cada vez mayor (gracias a soluciones de transporte e instalación cada vez más eficientes) y las soluciones flotantes en aguas profundas ya son una realidad, entre otras
Así las cosas, alrededor de 150 proyectos eólicos marinos se encuentran ahora mismo en fase de desarrollo en todo el mundo, cantidad ínfima en comparación -aseguran desde la AIE- con el potencial de aprovechamiento. Según Offshore Wind Outlook 2019, la eólica marina podría generar -habida cuenta de su formidable potencial en recurso- más de 420.000 teravatios hora por año en todo el mundo, es decir, más de 18 veces la demanda eléctrica del mundo hoy.
Y Europa, que ha sido pionera en el desarrollo de la eólica marina, se encuentra bien situada (en clave de I+D) para continuar siendo, a corto y medio plazo, la plataforma global de despegue de esta tecnología. Además, habida cuenta de los marcos regulatorios y los planes energéticos nacionales hoy vigentes en el continente, el sector estaría en condiciones de alcanzar aquí –AIE dixit- los 130.000 megas en 2040.
Más allá de las costas europeas, China se perfila como el segundo gran escenario de la eclosión de la eólica marina. Según la Agencia, esta tecnología es "particularmente atractiva" para el gran gigante asiático porque muchos de los parques eólicos marinos pueden ser instalados -es técnica y económicamente viable- frente a las ciudades más importantes (y habitadas) del este y del sur del país.
Para empezar, 2018 ha sido el primer año de la historia en que China ha instalado más potencia eólica mar adentro que cualquier otra nación del mundo.
Y las perspectivas son enormes. La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2025 la gran nación del Extremo Oriente podría ser ya Top 1 del mundo en potencia eólica marina, por delante de Reino Unido, que hoy tiene casi 10.000 megavatios de potencia frente a sus aguas (4.588 tenía China a finales de 2008, último dato consolidado). En todo caso, la AIE prevé que, en el año 2040, China habrá instalado ya frente a su litoral, mar adentro, hasta 110.000 megavatios de potencia eólica.
Los números de la eólica marina en otras naciones de Asía
Taiwán, donde el Gobierno acaba de dar el definitivo visto bueno a un proyecto de casi 600 MW marinos (según Siemens Gamesa, actor protagonista en ese mercado, el país tiene sobre el papel proyectos por valor de 10.000 megas); Japón, que ya tiene 65 megas en el mar (y 1.400 en perspectiva, según la propia administración nipona); y Corea del Sur, que tenía 73 MW marinos a finales de 2018 (último dato consolidado disponible), siguen la estela china (el dato coreano es del Global Wind Energy Council).
Estados Unidos es el tercer gran protagonista de la carrera eólica marina. El informe de la AIE mira a las dos costas del gran país del norte de América. En la del este, al norte, el recurso eólico es bueno y, como sucede en el caso de China, los parques estarían muy cerca de los grandes centros urbanos de consumo. En el otro extremo, en la costa oeste, las soluciones flotantes que el sector ya está implementando en otros lugares del mundo (hay un parque operativo ya en Reino Unido y varios en fase de ejecución en Portugal y Noruega) auguran también -según la AIE- un buen futuro para esta tecnología.
Eólica marina... flotante
Según el informe de la AIE, la eólica marina, si tenemos en cuenta la flotante, podría abastecer (varias veces además) toda la demanda de electricidad de varios mercados clave, "incluyendo Europa, los Estados Unidos y Japón". Además -añade la Agencia-, India, Corea y Taiwán tienen también ambiciosos objetivos, mientras que países como Canadá están comenzando ya a tomar posiciones en la carrera de la eólica marina.
Ah, y un aviso para… navegantes: el informe de la Agencia internacional de la Energía se detiene por un momento a recordar al sector del oil & gas (dirigiéndose explícitamente a las plataformas petroleras y de extracción de gas que operan hoy mar adentro) que tienen ante sí una formidable oportunidad de negocio. Y es que la eólica marina –apuntan desde la AIE- va a necesitar de la experiencia que ese sector ha acumulado durante décadas en materia de operación de sus instalaciones mar adentro.
Según la AIE, hasta el 40% de los costes de construcción y mantenimiento de un parque marino presenta "significativas sinergias" con el sector del oil & gas, "lo que abre una oportunidad en el mercado -asegura- valorada en 400.000 millones de dólares o más en Europa y China en las dos décadas que vienen".
La cuestión ahora es saber en qué medida afectará el coronavirus Covid-19 a todas esas expectativas. China, que fue el primer país en enfrentarse a esa bicha, está saliendo ya (poco a poco) del atolladero. El Gobierno del gigante asiático acaba de anunciar el fin del confinamiento en Wuhan. Aquel enorme territorio (con más de 40 millones de personas) habrá estado cerrado el próximo 8 de abril (fecha decretada para el fin del aislamiento) 76 días.
¿Sufrirá el sector eólico global un impacto de... 76 días? Habrá que ver. A continuación, la evolución del parque eólico global a lo largo de los últimos 40 años.
El texto que acabas de leer aparece en nuestra última edición de papel, la de marzo de 2020 (ER 189). Los problemas que afectan estos días al normal funcionamiento del servicio de Correos impiden saber cuándo recibirán nuestros suscriptores esa edición, que incluye nuestro tradicional Especial Eólica de todos los meses de marzo. Así que, mientras superamos la crisis del coronavirus Covid-19, hemos tomado una medida extraordinaria: abrir esa revista, en formato PDF, a todos-todos los lectores. En este enlace puedes ver el contenido y descargarte gratuitamente no solo ese reportaje, sino toda la revista.