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"España necesita la eólica, y la vamos a seguir haciendo, con empresas españolas o extranjeras"

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Son palabras del presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) que durante la presentación, esta mañana, del “Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España”, ha querido insistir en el hecho de que España puede perder uno de los pocos trenes industriales y tecnológicos en el que iba sentada en primera clase. Hasta Alfonso Beltrán, director del IDAE, ha reconocido que el sector está afectado por la incertidumbre regulatoria. Los datos pueden ser tozudos. Pero la realidad también. Es el cuarto estudio macroeconómico que presenta la AEE y, a pesar de los buenos números, la cruda realidad es que a la eólica le va peor de lo que, con esos datos en la mano, se merece. El sector eólico aportó al PIB 3.207 millones en 2009, 
un 15,7% menos que el año anterior. En los últimos tres años, las primas a la eólica representaron la mitad que la contribución del sector al PIB. Y la energía del viento sigue logrando importantes ahorros para la economía española: entre otras cosas, sustituyó importaciones de combustibles fósiles por valor de 1.541 millones en 2009.

A pesar de todo, una combinación nefasta, la crisis económica y la incertidumbre regulatoria, mantiene paralizado al sector, que en 2009 perdió más de 5.000 empleos y redujo su aportación al PIB al 0,34%. No es de extrañar que la cantinela que afecta a todas las renovables –“necesitamos un marco regulatorio estable”– haya sido la frase más repetida.

Malos tiempos para la política por la falta de concreción y acuerdos. Y malos tiempos para los propios políticos, que tienen que enfrentarse a ese marco regulatorio sin haber tenido minutos para calentar. En medio de insistentes rumores de la dimisión del secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, la representación de la Administración en la presentación del estudio ha recaído en Alfonso Beltrán, nombrado director general del Insituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) hace apenas unos días. Beltrán no tiene dudas. “Reconozco que existe incertidumbre regulatoria”, ha dicho esta mañana. Y asegura que pondrá todo de su parte para superar “el momento crucial en el que se encuentra la eólica y todas las renovables”.

2009, un año difícil
El año 2009 supuso para el sector eólico un punto de inflexión en su desarrollo. El impacto del Registro de Preasignación que nació al amparo del Real Decreto 6/2009, unido a las crecientes contraprestaciones económicas y barreras administrativas que implican los concursos autonómicos y la crisis económica, han provocado un cambio de tendencia. La aportación directa e indirecta al PIB español del sector eólico fue de 3.207 millones de euros, lo que representa un descenso del 15,7% respecto a 2008 y rompe la tendencia al alza de los años anteriores. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio, elaborado por la consultora Deloitte. La eólica representa el 0,34% del PIB, frente al 0,39% de 2008.

No obstante, si se suman los datos de los últimos tres años, la aportación al PIB del sector fue de 6.197 millones de euros, periodo en el que las primas que percibió la eólica sumaron algo más de la mitad, 3.706 millones de euros. Estas primas al sector eólico han costado 1,3 euros al mes a cada hogar medio español en el periodo, a la vez que han supuesto ahorros importantes para los grandes consumidores industriales.

Según los datos aportados por Deloitte, el sector daba empleo (directa e indirectamente) a 35.719 personas a finales de 2009, lo que supone una reducción de más de 5.000 empleos respecto al año anterior. AEE ya advirtió que se produciría esta destrucción de empleo como consecuencia de la puesta en marcha del Registro de Preasignación en mayo de 2009. Esta tendencia se está prolongando en 2010, año en el que la incertidumbre regulatoria mantiene paralizada una parte importante de la actividad del sector.

En 2009, el sector eólico continuó ahorrándole dinero a la economía española,. El ahorro logrado por la sustitución de importaciones de combustibles fósiles ascendió a 1.541 millones de euros. Asimismo, se ahorraron 270 millones como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas. Además, el sector exportó por valor de 2.104 millones el pasado año, aportó 213 millones a la balanza fiscal e invirtió 156 millones en I+D+i.

“La principal conclusión que se deriva del análisis realizado es que el sector eólico español es un referente para la economía nacional. La posición competitiva alcanzada no debe desaprovecharse”, afirma Deloitte. La consultora hace hincapié en que el eólico es un sector clave para “el futuro de la sociedad” por su efecto mitigador del cambio climático, la reducción de la dependencia energética española y la necesidad de “desarrollar industrias que aporten valor añadido y contribuyan a la generación de empleo cualificado e impulsen el cambio de modelo productivo que necesita España”.

Deloitte también hace referencia a los retos a los que se enfrenta el sector en el futuro, entre los que destaca la necesidad de definir “un marco regulatorio adecuado, previsible y estable, como se hizo en el pasado”; la especialización en las actividades “con mayor valor añadido” en pos de la mayor competitividad de la industria; una “apuesta decidida” por la I+D+i; y la internacionalización del sector.

Del 2% al 17% en diez años

Tras la presentación de las cifras de 2009, Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas de AEE, hizo referencia a la situación de 2010, año en el que se ha frenado el ritmo de instalación respecto a años anteriores. Asimismo, se refirió al Plan Nacional de Energías Renovables (PANER) 2010-2020, que el Gobierno ha enviado a Bruselas como hoja de ruta para cumplir los objetivos exigidos a los países de la Unión Europea en 2020. Estos objetivos, que son vinculantes, exigen que en diez años el consumo de energía procedente de fuentes renovables sea del 20%.

En lo que va de año, la eólica ha cubierto cerca del 17% de la demanda de electricidad en España. No está nada mal si pensamos que en el año 2000 esa aportación fue del 2,4%.  En ese crecimiento espectacular está la explicación del rechazo hacia las renovables que algunas empresas con fuertes intereses en las energías convencionales han desplegado en el último año. Una de las gráficas más interesantes del informe muestra la producción de electricidad con carbón, fuel y gas que ha sido sustituida por la eólica desde 2003 a 2009: 165.000 GWh en total. Y la energía fósil sustituida crece año tras año.

Según los documentos enviados a Bruselas, el Gobierno prevé que en 2020 haya 35.000 MW de eólica terrestre instalados en España, así como 3.000 MW marinos. Para el presidente de AEE, José Donoso, es importante “definir ya un marco regulatorio predecible y estable que permita al sector retomar su actividad, paralizada en los últimos meses, y cumplir estos objetivos”. Donoso también ha recordado que el sector está pendiente de que se plasmen en ley los acuerdos alcanzados con el Ministerio de Industria en julio y de comenzar las negociaciones sobre el marco regulatorio futuro.

Más información:
www.aeeolica.org

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