British Wind Energy Association señala que Managing Variability –informe elaborado por las divisiones británicas de Greanpeace, WWF y Amigos de la Tierra, entre otros grupos ecologistas– se hace eco de otros dos estudios: el del operador del sistema británico, National Grid, titulado Operating the system beyond 2020 (Operando el sistema más allá de 2020) y el informe Poyry, titulado Impact of intermittency: How wind variability could change the shape of the British and Irish electricity markets (El impacto de la aleatoriedad: cómo la aleatoriedad eólica puede cambiar los mercados eléctricos británico e irlandés).
Más aún: “en general, los fallos de las plantas térmicas presentan una amenaza más seria a la estabilidad del sistema eléctrico que las variaciones relativamente benignas de una planta eólica”, asegura el informe de la coalición ecologista. Además, un sistema eléctrico con una penetración eólica de un 20% puede gestionar la aleatoriedad por un coste adicional de dos libras por megavatio hora (2,32 euros MWh). Para una penetración de un 40%, los costos ascienden a entre cinco y siete libras el MWh, según la capacidad de interconexión internacional y cómo estén distribuidos los parques en relación a los centros de consumo. El informe señala que dichos costos pueden reducirse en función del futuro desarrollo de técnicas para la gestión de la demanda y la incorporación de redes inteligentes.
El informe de la coalición ecologista constituye “el último clavo en el féretro del mito de la aleatoriedad”, afirma Maria McCaffery, consejera delegada de BWEA. Señalando que el informe no contrasta los costos adicionales para la gestión ni con los costos evitados de las importaciones de combustibles fósiles, ni de las emisiones de CO2. McCaffery piensa que una mayor penetración eólica en Reino Unido podría producir un ahorro en términos netos.
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