Una decena de barcos de la empresa Van Oord transportará las estructuras-soporte, de 1.150 toneladas, 75 metros de altura y 25 metros de ancho y que descansan sobre tres patas. Van Oord estima que las primeras celosías llegarán a Saint-Brieuc durante este verano. El parque tendrá un marcado sello español, ya que, además de las estructuras, denominadas jackets, también están siendo construidos en suelo patrio los pilotes del parque, montados enteramente por Navantia-Windar en Fene (A Coruña). Con un valor de 350 millones de euros, se trata del mayor contrato de eólica marina de la historia de Navantia, empresa pública española. A raíz de este acuerdo, Navantia-Windar ha puesto en funcionamiento una planta en Brest, donde se han construido parte de los componentes de las cimentaciones para este proyecto eólico marino.
Iberdrola está construyendo Saint-Brieuc en colaboración con las empresas francesas RES y Caisse des Dépôts, ambas pertenecientes al consorcio Ailes Marines, propiedad de la energética española.
Una vez que esté operativo, el parque se convertirá en la cuarta instalación de este tipo de la compañía, tras West of Duddon Sands, ubicado en el mar de Irlanda; Wikinger, en el mar Báltico; e East Anglia ONE, uno de los parques eólicos marinos más grandes del mundo, situado en la zona sur del mar del Norte. Según los datos que ha facilitado la propia empresa, a cierre del último ejercicio, Iberdrola ya había alcanzado 1.260 MW eólicos marinos "en operación", 1.800 MW "en construcción" y 5.400 MW "en desarrollo avanzado, que entrarán en operación antes de 2027". La compañía espera contar con 12.000 MW de energía eólica marina en funcionamiento en 2030.
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