Nabrawind Technologies fue fundada hace cuatro años en Pamplona por un grupo de emprendedores jóvenes y dinámicos con amplios conocimientos en el sector eólico. De hecho, muchos habían trabajado en algunas de las empresas referentes del sector. Hoy, la ingeniería cuenta con 15 empleados y busca hacerse un hueco en un mercado dominado por grandes actores multinacionales. Están “con el ánimo reforzado” –reconocen ellos mismos– tras completar recientemente con éxito sus dos propuestas: Nabrajoint, una unión compatible con cualquier tipo de pala que está teniendo muy buena acogida en el mercado; y Nabralift, una torre autoizable –la que fuimos a ver de primera mano– que ya forma parte del paisaje de la localidad de Eslava.
Empecemos con un poco de historia. En octubre de 2015 los ingenieros Eneko Sanz, Ricardo Savio, Iñaki Alti y Odilon Camargo fundan Nabrawind Technologies. Pronto configuraron una plantilla compuesta por ingenieros senior provenientes de las principales empresas del sector a quienes los fundamentos de las patentes que iba a desarrollar Nabrawind les parecían un reto digno de acometerse. Al barco se sumaron enseguida inversores privados (Barinaga & Alberdi) y públicos (con Sodena, el instrumento financiero del Gobierno de Navarra, como principal inversor, entre otros), que junto al capital aportado por los socios fundadores han permitido a Nabrawind realizar una inversión significativa en el desarrollo de sus tecnologías. También han contado con el respaldo de InnoEnergy, el motor líder para la innovación y el emprendimiento en energía sostenible, que en abril del año pasado aprobó la inversión en el proyecto, solicitada a través del programa ‘InnoEnergy Investment Round’.
“Nabrawind trataba, en definitiva, de dar respuesta a una de las principales amenazas para el desarrollo de la energía eólica: el crecimiento de los aerogeneradores”, explican desde la compañía. “Las mejores localizaciones para los parques eólicos ya están explotadas y el 90% de los nuevos emplazamientos estarán constituidos, en menos de un lustro, por estacionamientos en lugares con vientos de clase III y IV”. En definitiva, el sector experimenta la necesidad de desarrollar aerogeneradores más potentes y capaces de alcanzar alturas superiores a las actuales. Y todo ello, sin disparar los costes de la producción de energía, al tiempo que se pretende ampliar la rentabilidad de los parques eólicos.
Para dar respuesta a estos retos Nabrawind ha desarrollado con éxito sus proyectos tecnológicos Nabrajoint y Nabralift. El primero consiste en una unión de palas modulares compatible con cualquier pala y cuyo ensamblaje puede realizarse a los pies del aerogenerador en un breve periodo de tiempo. El segundo trata de una torre autoizable que puede alcanzar los 200 metros de altura.
Nabralift
Para Ion Arocena, Program Manager al frente de Nabralift, la principal ventaja de esta torre es que “supone un ahorro de entre un 15% y un 20% en el coste final de la torre frente a otras instalaciones tradicionales de acero y hormigón”. Se trata, añade, “de una torre XXL cuya compatibilidad es especialmente satisfactoria con grandes turbinas”. De hecho, Arocena explica que en sus primeros diseños utilizaban como turbinas de referencia las de 3 MW, pero al ritmo que evoluciona el mercado ya se han percatado de que se quedaban cortos y han actualizado todos sus diseños para turbinas de 4, 5 y hasta 6 MW.
Equipo de Nabrawind a los pies de la torre de Eslava
El funcionamiento que subyace tras el concepto de Nabralift es el siguiente. En primer lugar, se monta una transición diseñada específicamente por Nabrawind. A continuación, se instala la torre tubular, nacelle y rotor para, en tercer término, comenzar con la instalación de la torre principal. Esta consiste en una estructura de acero con tres columnas, que se monta mediante la concatenación de piezas auto ensamblables (de hasta 18 metros de altura cada una) gracias a unos brazos hidráulicos que izan toda la estructura e introducen desde abajo los nuevos segmentos.
El resultado es una torre mucho más ligera, con una cimentación mínima, con menores costes de fabricación y que no requiere de grúas de gran tamaño para el izado del aerogenerador. Además, los bloques que componen la torre pueden ser transportados hasta el lugar de la instalación en camiones de dimensiones estándar. Con todo, el tiempo de la instalación se ve acortado notablemente. La instalación completa de una torre de este tipo requiere únicamente de una semana para la cimentación y cuatro días para el izado.
Arantxa Esparza, Project Manager de Nabralift, dirigió el montaje del primer prototipo que Nabrawind erigió en la localidad de Eslava, a unos 55 kilómetros de Pamplona, y que concluyó a finales de verano de 2018. Para Esparza y todo el equipo esta torre supuso la confirmación de que Nabralift era una realidad. “Recuerdo especialmente la satisfacción de mirar la estructura, todo un gigante de 160 metros y pensar: hemos batido el récord de altura”, rememora Esparza. Porque, en efecto, esta torre es, a día de hoy, la más alta de España y la segunda más alta del mundo. Al prototipo de Eslava se le va a someter a un test de estrés que simulará las cargas y condiciones que la torre experimentará en 25 años de vida.
Nabrajoint
La rápida evolución en el tamaño de las torres y la potencia de las turbinas que está experimentando el mercado conlleva otro reto logístico que el sector tiene que solventar todavía: el transporte de las palas. “Desde la aparición de las palas de 50 metros la logística se ha vuelto muy complicada y, por extensión, cara. Y las palas de más de 80 metros ya están aquí”, señala Javier Callén, Program Manager de Nabrajoint.
Con esta idea en mente, el equipo de ingenieros que dirige Callén ha desarrollado una unión compatible con cualquier tipo de pala. Esta unión, denominada Xpacer, ofrece un nivel de resistencia altísimo, lo que permite emplear menos elementos de unión en la pala y, en consecuencia, deriva en un proceso de montaje muy sencillo. Una vez insertada la unión, la pala puede transportarse hasta el parque eólico. Allí mismo se realiza la integración en un espacio de tiempo muy reducido.
El proyecto Nabrajoint ha desarrollado una unión de palas modularescompatible con cualquier pala
De este modo, el coste logístico del transporte de palas se reduce drásticamente. En Nabrawind confían, incluso, que esta tecnología permitirá el crecimiento de las palas actuales hasta los 100 metros de longitud, lo que a su vez posibilitará el desarrollo de parques eólicos que anteriormente eran inviables.
Éxito comercial
2019 es el año que determinará el éxito de las propuestas de Nabrawind. Desde la empresa así lo creen y afrontan este año con renovadas ilusiones. “Estamos con varios procesos comerciales abiertos. Algunos de ellos en un estado muy avanzado de las negociaciones, por lo que somos prudentemente optimistas”, explica Eneko Sanz, director general de la empresa. El desarrollo comercial se remonta a 2017, con una primera ronda de contactos a los actores más importantes del sector, que ya por entonces mostraron su interés en la tecnología que la empresa navarra estaba desarrollando.
En paralelo a este proceso que se inició y ha seguido de forma ininterrumpida, tanto Nabralift como Nabrajoint recibieron un fuerte espaldarazo por parte de la consultora MAKE Consulting (Wood Mackenzie), que analizó en su informe Global wind turbine technology trends las cinco tecnologías más atractivas de torres XXL y palas modulares y señaló que ambas soluciones “tenían el potencial de revolucionar la industria eólica”. Al mismo tiempo, en 2018 Nabrawind era galardona por su tecnología Nabralift con el Premio Eolo de Innovación 2018 que otorga la Asociación Empresarial Eólica de España. Ambos reconocimientos suponían el culmen a la intensa labor de desarrollo que ha acometido Nabrawind y que actualmente debe generar sus frutos desde el punto comercial.
Por este motivo, Sanz acaba de reestructurar Nabrawind para ajustarla a las necesidades de sus nuevos clientes. “Estos tres últimos años éramos, prácticamente, una empresa de I+D. Sin embargo, ahora estamos redirigiéndonos hacia una empresa que no sólo desarrolla, sino que también comercializa e industrializa sus productos”, explica el director general de Nabrawind. De esta forma, a comienzos del presente año la empresa ha potenciado sus departamentos tanto de operaciones como comercial, con una redistribución de recursos hacia estos ámbitos. De este modo, ha elaborado una estrategia de venta y suministros para dar respuesta en la comercialización de los dos proyectos, muy diferenciados entre sí por las peculiaridades de cada uno.
El proceso de comercialización de Nabralift, explica Ion Arocena, es “integral”, desde el punto de vista de que se trata de proyectos llave en mano, en los que Nabrawind se encarga tanto de la fabricación de la torre como de su instalación sin grúas en el país de origen. Por el contrario, en el caso de Nabrajoint, la labor de Nabrawind consiste en suministrar los elementos críticos de la unión en las palas de los clientes. “Somos una empresa con vocación internacional, por lo que hemos preparado un equipo capaz de abordar y dar respuesta a todos los mercados”, señala Sanz. De igual manera, Nabrawind ha construido una red de proveedores “de altísima calidad y confianza”, con la que confían satisfacer todas las demandas de sus clientes.
Al final, “aunque Nabrawind tan sólo tenga tres años de vida, somos un equipo que llevamos toda la vida ligados al sector, sólo que ahora lo hacemos con nuestra propia empresa”. Y lo que tiene claro es “que hemos llegado para quedarnos”. Por ello, Eneko Sanz se muestra optimista respecto al futuro. “No sólo por la calidad de sus productos, sino porque el sector tiene que encontrar de alguna forma soluciones a los retos que impiden la expansión de la energía eólica y nosotros ya estamos ahí ofreciendo respuestas”, concluye.